Hay dos posibilidades a la hora de llevar un texto teatral al cine: intentar eliminar cualquier rastro de su origen escénico y airear la acción o decantarse por una adaptación que no enmascare en exceso ese origen. Álex Montoya, director de los premiados cortos Lucas y Cómo conocí a tu padre, opta por esta segunda opción en Asamblea, su ópera prima en el largometraje. Versión para la gran pantalla de La gent, obra escrita por Juli Disla y Jaume Pérez, que ellos mismos se han encargado de adaptar, el filme nos introduce en una reunión de ciudadanos que tienen que votar un concierto.
A Montoya y sus guionistas les importa poco el contenido de la medida que tienen que aprobar y parecen más interesados por el comportamiento de sus asistentes, que priman sus propios intereses sobre el bien común y lanzan propuestas más o menos peregrinas sin lograr desarrollarlas o llevarlas hasta el final. La acción tiene lugar en el tiempo real de la reunión, poco más de hora y cuarto, y en casi un único escenario.
Su director prima el trabajo de los actores, muchos de ellos ilustres intérpretes de reparto en largometrajes y series de televisión con más presupuesto, y logra que sus diálogos frescos, divertidos y nada pretenciosos brillen. Quizá debería haberse optado por una labor de cámara y montaje más arriesgada a la manera de La clase, cinta de Laurent Cantet que parece ser uno de los referentes de este debut, en vez del academicismo, que solamente rompe con el uso comedido de la pantalla partida.
Por otra parte, aunque Asamblea atina al abordar los problemas que tiene la gente común a la hora de tomar decisiones que afectan a la colectividad, el filme parece dar vueltas sobre sí mismo subrayando en exceso su evidente mensaje.
No obstante, a pesar de sus limitaciones, Asamblea es un debut curioso que se beneficia de un estupendo reparto, donde destaca un acertado Francesc Garrido, y unos diálogos que parecen sacados de la propia calle sin resultar banales en ningún momento.