Resulta un poco triste que películas estrenadas hace dos años como Perdona que te moleste no hayan conseguido una distribución en territorio español y solo puedan llegarnos de la mano de festivales. Cuesta más de entender incluso si la película en cuestión ha tenido un recorrido sólido por varios festivales y ha sido un éxito por ahí por donde se ha estrenado. Sea como sea el Americana entiende que una de sus obligaciones es rescatar este tipo de obras y siempre les estaremos agradecidos.
Perdona que te moleste nos sitúa en un presente distópico en el que Cassius (Lakeith Stanfield), un joven afroamericano, entra a trabajar como teleoperador en una gran empresa. Rápidamente se da cuenta que todos los trabajadores viven explotados y subyugados en una compañía donde la única forma de prosperar es rendirse al sistema capitalista. Mientras sus compañeros se sindicalizan e intentan a través de piquetes detener el funcionamiento de la empresa, Cassius va escalando posiciones y adentrándose en sus oscuros tejemanejes. Pero el dinero y la fama le ciegan, hasta el punto que solo despierta de la burbuja cuando ya es excesivo e inhumano continuar contribuyendo a que prosperen los engranajes del sistema. La ópera prima de Boots Riley es una crítica, hasta cierto punto ligera, al capitalismo teñida de un tono fantástico cuya presencia se hace más notable a medida que avanza. Llegando a abandonar la verosimilitud para introducir un twist que aunque parezca gratuito y carente de credibilidad consigue sorprender e inquietar al espectador.
Probablemente la película habría funcionado mejor si tono fantástico y crítica política hubiesen congeniado mejor. Por un lado se nota que es una obra primeriza por la inestabilidad precisamente entre el mensaje y la forma en la que se comunica. Pero por otro lado, contiene la frescura propia de los jóvenes talentos en busca de dejar su huella autoral en el futuro.