SEFF 2015: Langosta, para vestir santos

Yorgos Lanthimos se encuentra a estás alturas más que cómodo con su traje de director de historias extrañas que descolocan e incomodan al espectador. Se ha creado un genero a su medida que le funciona a la perfección (comedia negra anómala y chocante) y lo luce esta vez con costuras internacionales y grandes nombres en su reparto. Sin duda el inglés le sienta igual de bien que su la exótica sonoridad de su lengua natal.

Langosta - Lanthimos

En esta sátira distópica acerca de la importancia de vivir en pareja por encima de cualquier cosa, el director griego pone en juego todas sus cartas y malabares, y aunque empecemos ya a pillarle el truco y las costuras a su cine, logra entretener como nadie, hacernos reír y emocionarnos con sus disparatadas fugas sobre el amor atrofiado de los tiempos modernos.

Yorgos cierra de este modo (junto a Canino y Alps) una especie de trilogía acerca de la incomunicación y el (auto)engaño. Si en Canino hablaba del engaño del lenguaje y en Alps del engaño sobre la muerte, Langosta no es más que un discurrir (muy negro e hiriente) en torno a la gran mentira que es la monogamia, la pareja y el amor. Intentar clasificar y congestionar el extraño flujo de emociones que es el amor, no tiene más posibilidad que estar condenado a grandes fracasos. Así que no dejes que te estafen con los grandes mensajes que nos vienen impuestos, no te refugies en lo convencional, no hagas todo por encajar y estar cómodo, porque cabe la posibilidad de que acabes convertido en un crustáceo.

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