La 51 edición del festival de Sitges ha dado muchísimo de que hablar. Lamentablemente será recordada especialmente por el experimento «fallido” del youtuber Wismichu con su “película” Bocadillo que ha generado duras críticas contra la organización del festival. Toca esperar si esta polémica tendrá alguna repercusión para la siguiente edición. Sin embargo deberíamos quedarnos con la gran cantidad de estrellas (Nicolas Cage, M. Night Shyamalan, Ed Harris, Gaspar Noé, Pam Grier, John Carpenter, entre muchos otros) que han pisado el festival así como la gran cantidad de buenas películas que han llenado los cines de Sitges. A continuación expongo lo que han sido para mí las diez mejores películas del festival (incluyendo todas las secciones).
Burning: lamentablemente se marcha con las manos vacías pese a ser a mi parecer la mejor película en sección oficial. Probablemente el hecho de no estar explicitas la fantasía y el terror en la película le ha jugado a la contra. Pero estamos ante una de las películas más perfectas del festival, a nivel actoral, de guion, dirección de fotografía, etc… Esperemos que no tengamos que estar ocho años más sin ver un nuevo trabajo de Lee Chang-Dong.
Lazzaro feliz: una de las grandes joyas del festival y merecedora de los tres permios (especial del jurado, crítica y jurado joven) que ha recibido. Una película de una sensibilidad única, un poema enternecedor de la inocencia y los cambios politicosociales.
High Life: lástima que se haya marginado esta película en la programación del festival. La incursión en el espacio de Claire Denis están misteriosa y bella como desconcertante. Película sobre el aislamiento y la condición humana enfocada desde su base más primaria: generar vida.
Lo que esconde Silver Lake: el mejor viaje del festival por una vorágine sin sentido en medio de un Los Ángeles plagada de referencias culturales y adaptada a los tiempos que corren. David Robert Mitchell tiene talento y de sobras. Veremos con que nos deleita en el futuro.
Dragged Across Concrete: nueva reafirmación de que S. Craig Zahler es el mejor director de thrillers en activo. Una obra maestra con un espectacular manejo del tiempo, el ritmo y la violencia.
La casa de Jack: demostración de que a Lars von Trier aun le quedan muchísimas cosas por decir. Una película que juega a ser un homenaje, una terapia y una provocación al mismo tiempo. Imposible no ver constantemente a Matt Dillon como una marioneta del director danés.
Mandy: odiada y amada a partes iguales, lo que es indiscutible es que es una de las propuestas tanto estética como narrativamente más atrevidas y fascinantes del festival. Panos Cosmatos es un gran creador de universos únicos.
One Cut of the Dead: la gran sorpresa del festival. Probablemente la mejor comedia de esta edición. Una película a caballo entre Brigsby Bear y The disaster artist con la que es prácticamente imposible no conectar.
Climax: gran ganadora del festival. Seguramente la mejor película de Gaspar Noé hasta la fecha. Una oda al descontrol, el desenfreno y la locura que ha convencido tanto a público como crítica y jurado.
In Fabric: homenaje al giallo y el cine de serie B de los setenta, hipnótica, intrigante y desconcertante por partes iguales. Una de las películas de Peter Strickland más inclasificables que hará que no volvamos a ver los vestidos rojos con los mismos ojos.
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