Cuando el estreno de una película se retrasa, malo. No lo digo yo, siempre pasa. Secuestro de Mar Targarona es una de ellas. Un thriller policiaco español que parte de un correcto guion con matices mejorables y algunos fallos de lógica que sin embargo pronto se olvidan. No vamos a encontrarnos al gran guionista Oriol Paulo de El Cuerpo o Los ojos de Julia sino a uno más pequeñito al que parece faltarle algo. Se pasa de un principio prometedor con un secuestro frustrado a una sucesión de tópicos y un giro que llega demasiado pronto y que resulta demasiado predecible. El reparto es muy bueno y la fotografía de Sergi Bartoli es de lo mejor que hemos visto por aquí. Blanca Portillo se sale en el papel de una abogada convertida en juez dadas las circunstancias y en una madre que amará y protegerá a su hijo de todo lo que parece que pueda dañarle. Sacará sus uñas en defensa de su cachorro cuando la justicia parece que ha fracasado, saltándose la ley a placer. José Coronado le ayudará en lo que pueda como siempre resaltando sobre los demás, un trio de policías muy especiales, una pareja joven contratada para un trabajito un tanto delicado y Marc Domenech, un niño sordo, también en la vida real que prácticamente se come la pantalla y que maravilla cuando comparte escenas con su madre en la ficción regalándonos algunos momentos llenos de ternura que parecen de verdad.
Entonces ¿estamos ante una buena película? Sí y no. Hay muy buenas intenciones, eso no es discutible pero se pierde al intentar abarcar mucho apretando muy poco. Todo se toca muy someramente y de una manera muy superficial. El poder, la desigualdad social, la mala justicia, el bullying o la ilegalidad que vive en los bajos fondos merecían una mayor consideración. Secuestro es un oro parece y plata no es, un telefilm travestido de trabajo mayor pero que en el fondo actúa como lo que es afirmando su naturaleza y su sentido. La realidad que nos ofrece es de cartón piedra y sus personajes podrían ser mejores de lo que ya son pero algo parece constreñirles encorsetando sus acciones.
La acción, suspense e intriga intentan hacer levantar el vuelo a una trama que en ocasiones es un tanto sosa e insulsa poniendo a veces en peligro la vida de algunos personajes como en el precipicio en el que está Patricia De Lucas, una Blanca Portillo con vértigo. Es en esos momentos cuando mejoran las cosas lo malo es que duran poco y que es algo que ya hemos visto hasta la saciedad en otras producciones norteamericanas recientes de este mismo género.
Si separamos el trigo de la paja nos queda un correcto film policiaco con investigación incluida y unos actores de campanillas que dan el do de pecho. De esta manera hay que afrontar el visionado de una película como esta. Si vamos con otra altura de miras saldremos con un cabreo de mil pares de narices y nos habrá parecido tirar el dinero. El consejo de la semana es disfrutar con la nueva promesa que parece haber arrancado con fuerza en el panorama cinematográfico español, algunos le colocan al mismo nivel que Haley Joel Osment y pasar un rato ameno contemplando las vistas de la Cataluña en la cual se han rodado los exteriores. Todo lo que se descubra de más será un extra añadido personal que se lleva de premio.
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