La figura de Nacho Vegas (Gijón, 1974) ha pasado de imaginarse en la colectividad como artista maldito (vinculado al alcohol y las drogas) a ser un referente como activista político en lo musical. Este proceso se ha dado especialmente a partir de su disco Resituación (2014), el EP Canciones populistas (2016) y su reciente último trabajo, Violética (2018), a ello también ha favorecido su abierta vinculación política a Podemos Asturias, la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) y los movimientos de ocupación como el Patio Maravillas en Madrid o el bloque El Horru de Gijón. Luz de agosto en Gijón es el debut documental de Alejandro Nafría, con guión de Jorge Alonso y Juan Tizón y producido por Sr. Paraguas (que ya ha producido videoclips de Nacho Vegas o Alfredo González, entre otros). En este documental vemos los pasos de Nacho Vegas en los días previos al concierto celebración del quinto aniversario de la PAH Asturias, que tuvo lugar en el año 2017, con Ismael Serrano y Nacho Vegas como artistas principales. Después de las rutinas mañaneras de Nacho (zumo de naranja y café solo) este deambula por su ciudad y se va encontrando con las figuras clave de la cultura (especialmente la musical) asturiana de los últimos 20 años con los que charlará sobre qué ha pasado y qué está pasando en la capital ciudad asturiana.
Su primer paso acaba en la librería Paradiso, donde charla con Mar y Alicia Álvarez (Pauline en la Playa) y con Xandru Fernández (escritor). También ensayará en la caja de músicos con el Coro Internacional Matriarcal Antifascista Al Altu la Lleva, visitará el espacio cultural La Manzorga donde hablará con el filósofo César Rendueles y la poeta y diputada Sofía Castañón. También irá a La Mustadiella para compartir impresiones con el músico Pablo Und Destruktion, uno de tantos asturianos que se marcharon y han regresado a una Asturias que ya no es la que fue. Por supuesto Nacho visitará una buena cantidad de bares, como La vida alegre, donde charlará en la barra con Isabel Muñiz (cantante del Buen Suceso), La Carreña, donde hablará con el director y escritor Ramón Lluís Bande (con el que grabó lo que sería su primer disco, Diariu y Diariu dos) y por supuesto la película terminará a golpe de chupitos en el bar La Plaza, epicentro del Xixón Sound y que lleva desde 1992 siendo el referente cultural de la ciudad.
Por Luz de agosto en Gijón aparecen también otros muchos personajes de la escena cultural gijonense, como son el músico (y hermano de Nacho) Xabel Vegas, el cantante Toli Morilla, la representante sindical Arantxa Carcedo, la arquitecta Ester Roldán, el pintor Adolfo P. Suárez, el batería Manu Molina, la cantante alemana (pero hija adoptiva de Gijón) Fee Reega o el guitarrista Luis Rodríguez, entre otros.
Luz de agosto en Gijón reflexiona sobre numerosos temas, desde el recuerdo de lo que fue el Xixon Sound en los años 90 (con bandas como Eliminator Jr., Manta Ray, Australian Blonde, Nosoträsh, etc.) y cómo ese sentimiento de pertenencia a algo en lo musical ya no se tiene en la escena musical de la ciudad. También se habla de la lucha obrera y del sentimiento de pertenencia de clase que se ha perdido en los barrios de la ciudad –ahora empobrecidos y resignados–. De la “huida” a otras ciudades (especialmente a Madrid) de la juventud asturiana con la excusa de los estudios, pero que en realidad responde a una expulsión de la ciudad, ya que “si te quedabas allí no podías llegar a hacer nada”. Y especialmente se habla mucho de la crisis económica y de cómo Gijón ha pasado de ser una ciudad obrera y combativa a una ciudad vampira (como reza una de las canciones más relevantes de Resituación), donde las personas son desahuciadas de sus pisos y cobran unos sueldos que apenas les permiten sobrevivir.
Luz de agosto en Gijón supone una mirada muy diferente a la vida de Nacho Vegas de lo que hemos podido ver hasta ahora en otros documentales como El fulgor (Ramón Lluís Bande, 2002) o Carretera (Francisco de Borja, 2008) que se centraban bien en el proceso compositivo, bien en las dificultades de tener una banda y cómo afrontar una gira. Por ello este documental es muy interesante para cualquier seguidor del asturiano, pero también supone un documento gráfico esencial para cualquiera que quiera acercarse al proceso sufrido por una ciudad desindustrializada y que está buscando aún su espacio. En los versos finales de “Ciudad vampira” Nacho canta “vivo en la ciudad más triste que jamás / un triste urbanista pudo proyectar, / hay que prender fuego a esta ciudad” y la película documental de Alejandro Nafría intenta transmitirnos la idea de que otra ciudad es posible y que hay quizá desde lo social se pueda llegar a realizar ese cambio: prender fuego a lo que hay ahora para conseguir que algo nuevo brote.
2 comments
Una pequeña corrección: por mas interesante que sea, Gijón no es la capital asturiana, sino Oviedo…
Ups, lleva usted toda la razón. Corrección realizada. Muchas gracias.