Dentro de la extensa filmografía de Masaaki Yuasa, pocos géneros son los que han quedado por explorar. Entre las varias películas y series que han ido consolidando su carrera como una de las voces principales del anime contemporáneo, podemos ver características propias del cine de terror, del thriller, la comedia, el fantástico y aunque normalmente siempre en un segundo plano, también del musical. Las bandas sonoras de sus proyectos están especialmente trabajadas, acompañando siempre la cadencia narrativa, tanto en los momentos de tensión como aquellos más introspectivos de sus personajes. El folklore japonés y la tradición del teatro noh siempre han estado presentes en la obra de un director muy arraigado a sus raíces, siempre intentando inspirarse en la inmensidad del bagaje cultural que le precede para reinventarlo y generar una mirada nueva y propia. En Inu-Oh, Yuasa se lanza de cabeza a la creación de una ópera rock que arranca hace 600 años, en los orígenes del teatro noh, de la tradición Biwa, de la que prácticamente quedan muy pocos registros.
El propio Yuasa, homenajeado en el festival, reconoció haber emplazado su narración en una época tan remota para poder interpretarla a su gusto, aprovechando para rellenar los vacíos históricos con todas aquellos elementos de su imaginario que tanto le interesan. Por eso Yuasa no tiene ningún problema en añadir guitarras eléctricas, baterías y componentes de la música moderna para crear un musical que en el momento en que arranca no hay quién le frene.
Aunque sea algo intrínseco dentro de la cultura nipona, no deja de sorprender la velocidad con la que Yuasa trabaja y construye unas películas que lejos de ser simples cada vez están más trabajadas. Sin embargo la calidad de las obras del director japonés siguen estando en lo más alto y siguen constatando que Yuasa es una de las voces más interesantes y mágicas dentro de un sector como es el del anime, donde impera la homogeneidad de los productos audiovisuales.