Otras cuatro propuestas vistas en el Festival de Cine Fantástico de Málaga, cada una de su padre y de su madre como debe ser.
Rutger Hauer y su carisma son los protagonistas de Hobo with a shotgun segunda película extraída del proyecto Grindhouse de Tarantino y Rodríguez (la primera fue Machete). Un vagabundo llega a un pueblo completamente devastado por una familia mafiosa y una policía corrupta y decide imponer justicia a golpe de escopeta. Hobo with a shotgun es el despropósito bestia que la decepcionante Machete nunca se atrevió a ser. Además su debutante director, Jason Eisener, demuestra un gran talento visual no sólo a la hora de mimetizar los tics del cine grindhouse sino de ampliarlos y mejorarles. Está claro que no es para todos los públicos pero hay que saber lo que se está viendo.
En las antípodas está la fantasía juvenil de Un puente hacia Terabithia. Magnífica idea del festival la de recuperar esta película del 2007 que pasó sin pena ni gloria por las pantallas de medio mundo. El problema es que se vendió como si fuese una especie de Harry Potter o Crónicas de Narnia y en realidad no tienen nada que ver. Aquí la fantasía está en la imaginación de los dos jóvenes protagonistas que crean su propio mundo para escapar de la triste realidad que les rodea. Un gran descubrimiento y una película muy reivindicable que animo a recuperar.
Burke and Hare cuenta la historia real de dos buscavidas irlandeses en el siglo XIX que se ganaron un dinerillo asesinando a 17 personas para entregarlos a un profesor de la Escuela de Medicina de Edimburgo. Protagonizada por Simon Pegg y Andy Serkis y dirigida por el veterano John Landis, Burke and Hare es una pasable comedia negra que gustará a los aficionados a este género y a los seguidores de sus actores.
Tengo que reconocer que el género falso documental en el cine fantástico me aburre soberanamente. El Proyecto de la Bruja de Blair ya me pareció un bluff en el momento de su estreno y cosas posteriores como Monstruoso o Paranormal Activity no han hecho que me desdiga de mis gustos. Por eso tampoco esperaba demasiado de Trollhunters, documental noruego que narra la historia de unos cazadores de trolls. Mucha cháchara de gente normal hablando cámara durante demasiados minutos no compensan las cuatro o cinco buenas apariciones de los gigantes trolls y los estupendos diez minutos finales. Otra vez será.