No voy a mentir y afirmar que mi infancia pasó entre bocatas de Nocilla y Sonic en la Mega Drive. De hecho soy uno de los peores jugadores de Sonic del mundo. Ni encuentro los pasadizos secretos, ni sé qué está pasando la mitad del tiempo en pantalla, incluso en entregas tan maravillosas como Sonic Mania. Sin embargo, Sonic como icono pop me parece fascinante: de tenerlo todo en los 90 (videojuegos, serie, cómic, cereales) a ser un absoluto hazmerreir en la década siguiente, solo para aprender a reinventarse con su fabulosa y autoparódica cuenta de Twitter, abrazando los fanfics, los memes y protagonizando series de animación como Sonic Boom, libre y consciente de tratar con un héroe venido a menos. No es de extrañar que con el relanzamiento de la franquicia, que al fin levanta cabeza tras años de ninguneo, y aprovechando que ronda el 30 aniversario del primer juego, los mandamases de Sega hayan sacado del cajón una idea que llevaba rondando Hollywood desde hace décadas: Sonic: La película.
En su día, allá por 1994, ni el batacazo de Super Mario Bros pudo quitar las ganas a Sega de tener su propia versión del erizo en imagen real. Sin embargo, diferentes problemas hicieron que la película, que originalmente iba a salir junto a Sonic X-treme (una de las grandes leyendas negras del videojuego, el primer juego del erizo en 3D que no llegó a terminarse), se quedara en un cajón para siempre jamás. Curiosamente, esta versión cinematográfica fallida de mediados de los 90 también tenía un Sonic perdido en el mundo real luchando contra el Doctor Robotnik, pero no eludía en ningún momento su procedencia original (el erizo aparecía desde dentro de una Sega Saturn porque por qué no). También tenía un niño coñón del que nos hemos librado, eso sí.
La Sonic que nos ha llegado podría haberse estrenado perfectamente en los años 90. Y no, no es un reproche en absoluto. En una década de cine en el que las películas de acción mainstream luchan por ser Importantes e Impactantes (con I mayúscula) se agradece una cinta tan abrumadoramente ligera. Su absoluta falta de pretensiones, su rapidez, sus chistes malos, su vivacidad y su reivindicación de la tontería la vuelven francamente refrescante, sin dejar en ningún momento de ser una película sobre un erizo azul dimensional luchando contra un Jim Carrey desquiciado.
No quiero confundir a nadie: Sonic: La película se va a llevar palos a diestro y siniestro, y no hay usuario en Twitter que no esté preparando las picas, preparado para echar abono encima de todo lo que no sea una Obra Maestra o una Adaptación Fiel. Vaya por delante que Sonic: La película ni es una obra maestra, ni quiere intentarlo en ningún momento: es un producto de entretenimiento en el más puro estilo de la palabra, con explosiones, disparos, chistes malos y excusas para que la trama avance o se pare según necesite el ritmo de la película. Juzgarla como algo que ni siquiera intenta ser es injusto con ella.
De la misma manera, dista mucho de ser una Adaptación Fiel de esas que tanto quieren los fans (supuestamente: los fans no saben lo que quieren la gran mayoría de las veces). Por otro lado, ¿qué sería una Adaptación Fiel de Sonic? ¿Un erizo azul mudo corriendo por diferentes mundos recogiendo Esmeraldas del Caos y enfrentándose a un doctor malvado con bigote imposible al final? Apasionante. Hay una parte, eso sí, que refleja el mundo del videojuego muy bien, en los primeros minutos, y es fascinante de ver, de la misma manera que lo era ver a los Pokémon de Detective Pikachu. A partir de aquí, es Sonic en el mundo real, para lo bueno y para lo malo. Ni Esmeraldas del Caos, ni loops imposibles, ni checkpoints: una trama lineal y previsible pero divertidísima.
Y los fans del videojuego no se irán con las manos vacías: se nota que la película está hecha con cariño hacia la obra original, pullas a Super Mario incluidas. La música suena en varias ocasiones, el efecto de recoger y perder anillos hace su aparición, Sonic puede hacerse bola para atacar frontalmente y otras sorpresas que es mejor no desvelar. A cambio, hacen que la madre de Sonic sea un pájaro, por algún motivo que nunca llegan a explicar del todo. ¡Nadie dijo que la película fuera perfecta! Yo, como fan colateral del personaje y su historia, no he podido evitar emocionarme desde el segundo uno. Supongo que un fan acérrimo estará en éxtasis a ratos.
Sonic es rápido, respondón y tiene referencias sobre cultura pop que no debería tener. Pero no es un Poochie al uso: la película se toma su tiempo en presentarte sus problemas internos para que sea algo más que una simple caricatura o un personaje bidimensional. Sin pasarse tampoco, que esto no es Haneke, pero se agradece que se hayan tomado en serio los conflictos de un erizo azul salido de un videojuego, su necesidad de cariño y su pertenencia a un mundo que no es el suyo. Sonic: La película podría ahondar más en las similitudes entre su situación y el drama actual de la inmigración, pero no es lo que quiere: lo que quiere es contar una historia sobre un bueno muy bueno, un malo muy malo y el poder de la amistad. ¿No véis lo que os dije? Esta película es de 1995.
Y hablando del malo, ¡qué malo! Sonic, para sobrevivir, necesitaba un actor a la altura de Robotnik y, sin duda, un Jim Carrey que parece más cercano al adorable histrionismo de Mentiroso compulsivo que a la contenida emotividad de Kidding (¿estáis viendo Kidding? ¿Eh? ¿Por qué no?) era la elección perfecta. Robotnik es Jim Carrey sin ataduras, poniendo muecas, exagerando cada movimiento y bailando. Quién nos iba a decir que la mejor secuencia de Sonic iba a ser la de Jim Carrey moviéndose sin control durante cuatro minutos, con esa cara de felicidad y liberación que da saber que estás haciendo lo que te da la real gana. Por favor, Jim, no vuelvas a irte nunca al lado oscuro, quédate haciendo mil Sonics. Nos lo merecemos todos.
A su lado está un James Marsden que cumple con creces (aunque a ratos se nota que le está hablando a un asiento vacío) y que es perfectamente consciente de ser el personaje menos interesante y con la evolución más olvidable (es un policía de un pequeño pueblo llamado Green Hills, guiño, guiño, que quiere mudarse a San Francisco). Se agradece que lo intente, incluso en las escenas más tópicas y cursis. Que las hay, y a paladas, en su tercer acto, incluyendo una escena robada directamente de la primera película de Pokémon.
Sorprende más que tras las cámaras esté un novato, Jeff Fowler, que hasta Sonic solo había dirigido un cortometraje de animación, Gopher Broke. Fowler hace un papel funcional pero con un más que correcto timing cómico, en el que se nota que ha puesto más esfuerzo de lo que realmente necesitaba. A los mandos del guión, Josh Miller y Patrick Casey, autores de episodios de la serie Golan el insaciable y cortos de Hot Wheels. No hay que descartar que todo lo bueno de Sonic lo aporte la pura casualidad.
No quiero que se me malinterprete: Sonic no es un milagro, ni un peliculón, ni un imprescindible. Es una película divertida pero plagada de clichés (Sonic quiere hacer un nuevo amigo, ¿lo conseguirá?; el protagonista no sabe si dejar su pueblo donde es querido y respetado, ¿lo hará?; Robotnik construye una nueva arma, ¿destruirá a Sonic?) y con referencias a la cultura pop tan divertidas a veces (esos guiños a Speed y Agárralo como puedas) como cargantes otras (el chiste repetido sobre el Olive Garden, las referencias a Amazon). Es muy disfrutable, y solo por los créditos finales, con sus respectivas escenas de antes y después de los mismos, ya merecería la pena verla. Eso sí, en el día del espectador o esperando a un servicio de streaming: pagar más de 5 euros por esta adaptación puede dar lugar a enfados injustos. Quiero decir, has entrado a ver la película de Sonic, ¿qué esperabas exactamente?
No engaña a nadie porque carece de las herramientas para hacerlo: el rediseño del erizo es un acierto, la voz de Ben Schwartz tiene su punto exacto de irritación, Jim Carrey está sensacional y no deja de ser una película familiar con guiños a los nostálgicos. Tristemente, en esta sociedad del consumo rápido en la que cada película tiene que ser un diez o un cero absolutos, Sonic va a acercarse a esta última porque es fácil reírse de ella.
Sí: es fácil ver lo que hay mal en Sonic y señalarlo con el dedo, diciendo “¡Es lo peor que me he echado la cara en meses!”, pero tiene más valor apreciar el sabroso punto medio en el que se mueve. Cuando una película no quiere ni puede ser más que un entretenimiento puro, inocente y vacío, ¿cuáles son tus armas para atacarla? ¿Decir que es pura, inocente y vacía? ¿Que Jim Carrey exagera? ¿Que el erizo es irritante? La propia película lo sabe y juega con ello de manera constante explotándolo a más no poder para que las quejas (que vendrán, y a paladas) queden reducidas al absurdo. ¿Quieres un vídeo de “Todo lo que está mal con Sonic en cinco minutos”? ¿Un Honest Trailer? ¿Un Nostalgia Critic? Claro, adelante, pero te estás mintiendo a ti mismo.
Porque Sonic no es una mala película. Es la película que ha decidido ser, para lo bueno y para lo malo. Y hace falta valor para dar un paso adelante, en pleno 2020, y filmar algo tan repleto de humildad y honestidad, tan deudor de mediados de los 90 y sin dañar en absoluto la franquicia (por otro lado, no puede a hacerle más daño que Sonic y el caballero oscuro para Wii o Sonic 2006). Siéntate a disfrutar, a pillar las referencias, a comer palomitas y a salir del cine con la sensación de que has visto todo antes, pero no te ha impedido pasarlo pipa.
Ojalá mil secuelas para Sonic que se flipen tan poco como esta.
22 comments
Por más que intento hacer memoria no logro recordar qué fue lo que me impulsó a ver Detective Pikachu en su día… ahora tengo miedo de que ese impulso ignoto regrese y me haga ver esta también. Estoy muy asustado, no quiero volver a repetir el horror.
Me tendrían que hacer un hamster terriblemente profundo para arrastrarme al cine pero…no os voy a engañar, como fan absoluto de los dos primeros videojuegos que aún guardo junto a mi Megadrive juro por todos los dioses que la acabaré viendo.
En Netflix, HBO o donde sea pero la veré.
Sin importarme un pito los videojuegos y su fidelidad, lo que me llamó la atención de aquel primer trailer que se vio fue un cierto aire al estilo desmadrado de Tex Avery.
Una historia sencillísima para un delirio visual es lo que me gustaría ver…..
Ojalá fuera Tex Avery. A ratos puede acercarse, en alguna escena, pero ni siquiera es la intención, tristemente.
No ya, me imagino…..
Solo de Edgar Wright se podría esperar que tomase esa dirección.
¿En algún momento suena la musiquita de Green Hill Zone?
Si la respuesta es sí, a lo mejor la veo cuando la pongan en Telecinco.
Pues apúntatela cuando la den en Telecinco, porque suena un par de veces.
El sonic3 era uno de los juegos q más horas le dedique en la niñez (con suerte tenia 4-5 cartuchos) y me encantaba la onda, cierto sin sentido y el aspecto visual.
Como 20 años después me sorprendió q mi sobrino sin influencia mía, se haya enamorado de Sonic al punto de estar todo un año jugando o viendo cosas de Sonic únicamente ¡Si hasta trataba de correr igual xD!
La peli huele a caca, aunq me da curiosidad como encaja el erizo con actores reales.
Encaja bastante bien aunque es verdad que muchas veces los actores parecen muy conscientes de estar hablando con la NADA.
Y si llevo a mi canijillo de 3 años a verla qué tal? Sería su primera peli en cines pero me da reparo que se aburra o no entienda nada de nada. Peña que la haya visto? O redactor de la crítica?
Puede aburrirse, es bastante probable, estaría más indicada para chavales (y chavalas) de más de 8 años, por lo menos. No porque no deban verla, sino porque puede aburrirse un poco. No es un corto de los Looney Tunes (¡ojalá!).
Bueno, con tres años no se acordará cuando crezca. Llévalo con 4 a ver alguna buena y dile que ésa fue su primera película en el cine XD
XDDD
Más mayor igual. En mi sala habia crios de 8 o 9 años y se lo pasaron en grande. Pero 3 años muy niño, pienso yo que no tengo crios.
No se, se me entalla las de «Toy Story» sin problemas, aunque ahí jugamos con el hecho de que Pixar hizo muy buenas películas que apretaban la patata cuando tocaba y abrazaban la aventura sin reservas y todo ello sin desentonar en ningún momento. El tema es que parece que la peli es ligerita y tal y por eso quizás me animaba. Si al final le llevamos os cuento a ver qué tal (qué taaal!).
Puesssssssssss….. me ha gustado. Es infantil y sencilla. Mejor que mierdas tipo Pokemon o ALvin y su puta madre. ¿Cosas buenas? Jim Carrey (hasta un crio decía lo bien que lo hacia), l, algunas escenas de acción ( muy rollo Quciksilver) y su falta de pretensiones (90 minutos). Carrey, joder cuanto le echaba de menos. A ratos muy «pa» crios, pero se deja ver y algún CGI mola. Sin más. Eso si, que puta madre de contarte todo tipo Deadpool. Eso de empiezo aqui y rebobinamos hasta ese momento. Por lo demas, disfrutable y para crios.
Más que ir a verla me están dando ganas de desempolvar mi vieja Master System II (que lo incluía en la memoria).
Pues en la mia incluía el Alex Kid 🙁
La mía era de las últimas versiones que sacaron, y ya en estas cambiaron el Alex Kid por Sonic The Hegehog en memoria.
Me encanta Carrey pero ni con un palo. Por suerte para verle tenemos la 2ª temp de Kidding.
Leo la crítica y llego a una conclusión: es mejor que lo que hicieron con Howard el pato allá por los ochenta. Francamente, no lo esperaba.
Pues a mi sobrino le ha flipado. Y además es un fan acérrimo del personaje. Que lo mismo no es el mejor crítico del mundo, pero a su padre también le gustó. Y por lo que veo ambos no están solos.
Me flipa que contra todo pronóstico haya «conquistado» a la crítica y a la taquilla. Aún hay esperanza para The New Mutants.