Tras el contundente éxito de la aclamada La gran belleza, Paolo Sorrentino vuelve a la carga con un film protagonizado por dos de los mejores actores de la historia del cine: Michael Caine y Harvey Keitel. La juventud es un film que ha divido mucho a la crítica; están los que opinan que vive a la sombra de La gran belleza y aquellos que creen que trata temas mucho más profundos. Lo que es indiscutible es que Paolo Sorrentino es uno de los pocos directores contemporáneos creadores de una autoría particular y reconocible. El esfuerzo por una puesta en escena exuberante y lujosa sin renunciar a la belleza o la selección de canciones de múltiples géneros diferentes que acompañan la película son algunos de los rasgos más característicos del cine de Sorrentino.
La juventud se desarrolla en un lujoso hotel suizo en el que pasan las vacaciones un compositor retirado (Michael Caine) y un veterano director que está escribiendo la última película de su carrera (Harvey Keitel). Ambos son amigos desde hace años y utilizan sus vacaciones para reflexionar sobre varios temas relacionados con el recuerdo del pasado, el futuro impredecible y las incógnitas del presente. La gran virtud de La juventud reside en su capacidad de tratar una gran variedad de temas, valores, conflictos y sentimientos de forma episódica sin transmitir la sensación de ser desestructurada y poco conexionada.
La juventud, pese a tener un gran contenido dramático, es una oda a la vida, a la juventud que transmiten sus dos protagonistas pese los años que llevan encima. Y el característico acompañamiento estético y formal del film atrae al espectador desde el primer minuto al último.
https://www.youtube.com/watch?v=bVEm7XSLjlY
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