Pos Eso me parece una iniciativa sumamente necesaria para este país. Al margen de su calidad como película, es una obra referencia que intenta promover la aparición de nuevos formatos de animación. A través de stop-motion el director Sam no solamente revive una técnica prácticamente muerta en nuestro país, sino que también crea una obra que busca una audiencia poco común en las obras de animación nacionales: el público adulto. Desde aquí mi enhorabuena.
Una vez reconocida la importante hazaña del largometraje también es justo reconocer sus defectos. Pos Eso es una obra enmarcada dentro del género de la comedia de terror, y principal problema es que la película ni te horroriza ni te hace reír suficiente. Hay que reconocer grandes gags y momentos estelares basados en un humor muy español que arrancan la carcajada del espectador; pero son risas puntuales y que apenas duran unos segundos. Quizás el momento más desternillante de la película es cuando el cura protagonista se prepara para combatir al demonio y grita: ¡Es la hora de repartir hostias!
Probablemente el problema de las risas vacías surje de un problema mayor relacionado con la estructura narrativa de la película. Pos Eso intenta ser un popurrí de demasiadas películas (El exorcista, Alien, El resplandor, Posesión infernal…) y no se centra en crear una historia interesante, original y atrayente al espectador. La estética de la película sí que resulta mínimamente interesante y los dobladores (entre ellos Mariví Bilbao y Álex Angulo, recientemente fallecidos) hacen de Pos Eso una película entretenida y que por lo menos se deja ver.
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