No han sido pocos los que lo han comentado: Entre La bella y la bestia, Ghost in the shell y Power rangers, el revival de los 80 parece haber terminado de forma más o menos definitiva, dando comienzo el revival de los 90. Y el problema con los revival es el de siempre: recordamos las cosas que pasaron de forma diferente a como pasaron de verdad, enturbiadas por la niebla de la niñez. Hay gente que incluso defiende la serie original de Power rangers como un mausoleo de creatividad y diversión, con tramas que enganchaban de temporada a temporada. Dejadme deciros un secreto: La serie original de Power rangers era una cutrez, y la idea de llevarla a cine en 2017, una completa locura que no iba a salir bien de ninguna de las formas.
Salvo que, sorprendentemente, lo ha conseguido. Power rangers mezcla la dosis exacta de nostalgia con la tecnología de 2017, las tramas absurdas de la serie original con unos personajes que parecen reales y actuales. El resultado, inmejorable como reboot y lo mejor que le podíamos pedir a una película de esta saga en pleno 2017.
Si esperas una película de Power rangers, tendrás lo que buscas: Rita Repulsa, masillas, los zords, los trajes, la destrucción sin sentido, las escenas de acción tan entretenidas como vacías… Pero si lo que quieres es ver una película de acción que vaya un poco más allá, tampoco saldrás decepcionado: Cada uno de los personajes tiene una personalidad definida e interesante, pasando (ligeramente) de ser meros estereotipos, y, aunque su relación vaya a trompicones y no se explique del todo bien, uno termina creyéndote que ese grupo de cinco desconocidos pueda llegar a tener el grado de intimidad necesario para luchar juntos.
Quizá sorprenda que empecemos una crítica de Power rangers hablando de los personajes, pero resulta uno de los argumentos más a favor de la película. Los nuevos Power Rangers no son los chicos populares del instituto, como pasaba antaño. Ahora son los marginados y los pringados. Para que os hagáis una idea, es como si Bulk y Skull fueran los héroes en la serie original. Además, la película es lo suficientemente inteligente como para sugerir y no mostrar (magistral el momento en el que se descubre que una de las protagonistas es lesbiana, o la normalidad con que se trata que uno de los Rangers sea autista).
En el otro lado de estas (más o menos) ricas personalidades tenemos, precisamente, a los personajes llegados de la serie. Zordon, Rita Repulsa y Alpha-5 tienen las personalidades planas que cabría esperar, aunque al menos se haya tratado de maquillar el pasado de Rita y Zordon. Nada de lo relacionado con ellos termina de funcionar (especialmente cierto movimiento de Zordon que es predecible desde el primer momento). No importa: unos personajes están para entrenarlos y el otro para dar tollinas a diestro y siniestro, forzando que sus poderes salgan a la luz.
No es que Power rangers se tome a sí misma en serio en ningún momento: Sabe lo que es, conoce el material original y juega con él lo justo para llegar a la sonrisa y nunca a la parodia chusca. La película da por hecho que todos sus espectadores conocen la serie y no se preocupa ni un momento en explicar de dónde salen los zords, como se monta el Megazord o la escena post-créditos. Esta es una película que bebe de la nostalgia, y hacia ella va dirigida. Los críticos de cine más mayores la odiarán porque no entenderán un carajo ni está dirigida a ellos.
Obviamente, Power Rangers dista mucho de ser perfecta. Los efectos especiales están atrasados a su tiempo (probablemente esta sea una decisión creativa coherente, todo sea dicho), algunas escenas suceden como por azar, la publicidad descarada de Krispy Kreme es krispante, Rita no es nunca vista como una amenaza real… Efectivamente, tiene fallos. Pero, en un momento dado, los zords corren por el desierto al ritmo de la melodía que todos conocemos (“Go! Go! Power Rangers!”), los Rangers luchan al unísono y Zordon es un Bryan Cranston que, desde ‘Breaking Bad’, hace lo que le da la real gana. ¿Cómo no amarla?
https://www.youtube.com/watch?v=YJFvkUCXPLQ
Power Rangers es el reboot perfecto, manteniendo la dosis de nostalgia exacta para que nadie refunfuñe y añadiendo los suficientes trucos narrativos actuales como para que la disfruten las nuevas generaciones. No pasará a la historia del cine, ni mucho menos, pero es un blockbuster muy digno de ver, especialmente si se es fan del grupo de Saban. Si finalmente se hacen más secuelas, que cuenten conmigo como espectador fijo. Tras esta película introductoria, el cielo es el límite. Go! Go! Power Rangers!