Amour, la última obra de Michael Haneke, ganó el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, el globo de Oro a la mejor película de habla no inglesa y la Palma de Oro a mejor película e hizo que el director bávaro tuviera por fin el reconocimiento de toda la crítica a toda una trayectoria notable y de un público más generalista que quizá era la primera vez que veía una película suya y que se empezó a interesar por todo lo que había hecho antes a partir de Amour.
Hace unas semanas llegó a nuestras carteleras Michael H., un documental que recoge el rodaje de las últimas películas de un director tan hermético como Michael Haneke. La trama es la grabación misma de las películas en un orden cronológico inverso: de Amour a Funny Games, pasito a pasito.
Si alguien nos pide que nos imaginemos al director austriaco quizá pensaríamos en un tipo serio que hace películas muy duras pero gracias a este documental nos vamos a acercar un poco al hombre que hay detrás de la cámara. En el documental vemos cómo ríe, bromea e incluso se burla de periodistas que no hacen las preguntas correctas en las entrevistas. Haneke se nos muestra como un tipo muy serio, perfeccionista y duro con sus actores, sí, pero también vemos unos rodajes más distendidos de lo que podríamos imaginarnos en el que las bromas, los abrazos y las tomas falsas forman parte de la rutina.
El documental de Yves Montmayeur nos muestra desde otro ángulo algunas de las escenas más crudas de su filmografía. En algunos casos vemos cómo es el propio director quien incluso explica lo que quiere representando él mismo la escena para así mostrar a los actores cómo quiere que ellos lo interpreten. Las películas están ya rodadas plano a plano en su mente y él tiene muy claro cómo deben ser y esa obsesión al detalle le llevará a rodar una y otra y otra vez una escena porque hay detalles que no acaban de quedar bien: un extra que no parece estar metido en la película, un secundario que no le pone suficiente énfasis, un protagonista al que se le ve por unos segundos la petaca del micrófono, etc.
¿Y a quién va dirigido el documental? O, digámoslo de otra manera, ¿si no somos unos expertos en la filmografía del director disfrutaremos con él? Rotundamente sí. Michael H. no solo resultará interesante a los seguidores de toda su obra, sino a todos aquellos interesados en el cine contemporáneo, aunque es cierto que muchas escenas mostradas en la película son escenas clave de sus películas, por lo que si somos un poco maniáticos con los spoilers quizá deberíamos ser un poco cuidadosos.
Michael Haneke es un genio humilde, que disfruta haciendo cine y que se le da bien e Yves Montmayeur nos acerca al hombre que hay detrás de las cámaras, aunque sin entrar en ningún momento en su vida personal ya que en Michael H. solo conoceremos al Haneke profesional, quizá tengamos que esperar a otro documental para conocer al otro
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