Es curioso cómo hemos dejado que una compañía multinacional que gana miles de millones al año, se haya establecido en nuestra vida para ejercer de eje fundamental en nuestras relaciones, una especie de amante, un tutor para nuestros hijos o alguien al que ver cómo el temido bajón de domingo por la tarde y las continuas preguntas de ‘¿a dónde va mi vida?’ te avasallan pasada las siete de la tarde. Hemos puesto tanta fe en sus designios y aciertos, sin dudar que algo podría fallar alguna vez, que la caída ha sido dura.
También es curioso como esto que vas a leer, empezó siendo una crítica sobre la última película de ‘los héroes más poderosos de la tierra’ y se ha transformado en algo que no tiene absolutamente nada que ver.
La Marvel, o la Disney, ha conseguido que marquemos en rojo en nuestro calendario las fechas de cada estreno cinematográfico que se ha planteado, se me ocurre un símil dónde la Marvel, la que hace películas y no cómics, ejerce de autoritaria madre, digna de una cultura socialista del este de Europa, que te controla la vida y tiene elegida al ropa que usarás de aquí al final de tus días, pero esta teoría es más digna deepweb o de un foro de esos dónde alguien discute en pijama sobre el marcado machismo al que se ve sometida el personaje de Scarlett Johansson.
Pero no hemos venido a hablar de eso, sino de la nueva movida esa de Marvel, aunque sea más conocida como Los Vengadores: La era de Ultrón.
Como ya comentó @devuelta hace unos días, aunque en internet los días se transforman en años, lo medianamente bien que le ha parecido todo ese rollo de Ultron, me llama notablemente la atención un hecho que el amado líder de Cine en Serio manifiesta, y no es otro elemento que el de la expectativa.
Me atuso el pelo y me coloco bien las gafas.
-¿Esperábamos mucho de esta película?
-Si.
-¿Por qué?
-Porque es de Marvel y ehm… tiene que ser la mejor película del mundo, hombre.
Quizás sea eso, no estábamos acostumbrados a que algo pudiera salir mal, después de todo venimos de Guardianes de la Galaxia, una película dirigida por un señor salido de la factoría Troma que ha conseguido hacer un clásico instantáneo, incluso las incursiones en el mundo televisivo, como las aventuras de Peggy Carter, Daredevil y el Agente Coulson, han estado llenas de buenas críticas y de esperanza para aquel espectador que prefiere las series al cine, cosa que nunca comprenderé, pero ese es otro tema.
A Whedon le ha tocado bailar con la más fea, y cuándo por fín parecía poder salir del hoyo en el que anteriores trabajos lo introdujeron a la fuerza, el fandom, el espectador que se gasta más dinero en merchandaising que en ropa de calle, ha dictado sentencia contra una película de estudio, la cual se debe al dinero no a su público, criticando y denostando el trabajo de, no lo olvidemos que esto es una empresa ante todo, un trabajador del cine que contrataron. Ya lo decía Bulwer-Lytton, ‘la pluma es más fuerte que la espada’ e internet está llena de plumas.
Sin duda alguna estamos ante una película menor si la comparamos con Los Vengadores, pero aun así no hay que quitar honor al trabajo que ha hecho Joss Whedon a la hora de levantar un proyecto tan ambicioso con tantos protagonistas y tantas líneas argumentales, llegando algunas a ser absurdas, poniendo de manifiesto que estamos antes una película encrucijada o de transición.
La era de Ultrón tenía que ser, lo que tenía que ser; no podemos pretender que cada película que estrene un gran estudio nos de un vuelco al corazón y nos emocione a cada frame que veamos. Solo estamos ante un episodio de la historia, teniendo que valorarla desde el exterior de esta, salgamos del microuniverso vengador y veamos el Universo Marvel que el señor Kevin Feige está gestando cual parto de un elefante. Después de todo, este Universo se presenta como una gran serie de televisión, compuesta por películas taquilleras y series televisivas de éxito, que profundizan y desarrollan la historia por separado.
Tal vez, y solo tal vez, hemos madurado antes como espectadores, y con ello nuestras expectativas, que de lo que Marvel ha sido capaz de evolucionar o esperaba, y ya todo nos parece poco y predecible. Tal vez, y solo tal vez, la culpa sea de Marvel, por habernos provocado un volcán de emociones con Guardianes de la Galaxia, y ahora todo argumento nos parece carente de sentido y algo vacío. Y tal vez, solo tal vez claro, la culpa sea de Marvel, porque siempre es más fácil echarle la culpa a los demás.
Es complicado saber qué es lo que falla en la segunda parte de Los Vengadores, pero tal vez, de nuevo, puede que estemos ante un cambio de sentido, debido a las expectativas del espectador, que se confirmará, o no, con Ant-Man.
Estaremos atentos, pese a Edgar Wright.
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