Aproximándonos al final del Festival Online Mujeres de Cine, llega la hora de hablar sobre los documentales Una corriente salvaje y Varados. Os recordamos que podéis visionar todas las películas que participan en la Selección Oficial del festival a través de su web.
Una corriente salvaje (Nuria Ibañez, 2018)
Dos hombres viven alejados del resto del mundo mientras pescan y conviven juntos. La directora Nuria Ibañez escribe y dirige este documental en el que la relación de dos hombres singulares cobra protagonismo.
Ibañez se aproxima a la vida de estos dos hombres en su día a día, prestando especial atención a los pequeños gestos. La autora observa, sin participar en la narrativa en ningún momento, dejando todo el peso de la acción sobre los hombros de los dos individuos que abren las puertas de su hogar para relevar una relación que habita, como uno de ellos indica, en la química que comparten.
El documental, manteniendo como mencionamos el estilo observacional, luce por el respeto hacia sus protagonistas, a los que mira con detenimiento sin invadir su intimidad. Ibañez refleja su confianza plena en las conversaciones y gestos de estos hombres, que son suficiente para cautivar gracias a su autenticidad.
Una corriente salvaje vive sus mejores momentos con las reflexiones que los propios sujetos realizan sobre sus vidas, aunque sigue necesitando un pequeño empujón. Las secuencias en el mar, grabadas con gran equilibrio, sirven para mostrarnos su hábitat natural y sacar a relucir las vivencias cotidianas que personas anónimas.
La sensibilidad casi poética que muestra la mano de Ibañez en la elección de esos pequeños detalles consigue salvar esa necesidad de un poco más, y es la complicidad y la gran elección de sus protagonistas lo que capta la atención. Ibañez filma Una corriente salvaje sin la más mínima intrusión, dejando a ojos del espectador incluso la índole de la relación entre estos dos hombres.
Varados (Helena Taberna, 2019)
En diferentes puntos de Grecia, miles de refugiados aguardan a que llegue su documentación para poder emprender una nueva vida en Europa. A través de caras individuales, Helena Taberna nos introduce en el día a día de estos refugiados en el documental Varados.
La cotidianidad de la vida de los refugiados en diferentes países que bordean Europa es un tema que ya hemos visto en muchas ocasiones en diferentes documentales. Hayati, otra de las obras que compiten en la Selección Oficial del Festival Online Mujeres de Cine sobre el que hablábamos recientemente, se caracterizaba por tratar este mismo tema. En el caso de Varados, Taberna no introduce nada nuevo en este sentido, pero logra reflejar con firmeza esa infinita espera que nos sitúa de lleno dentro de sus personajes.
Varados destaca cuando no intenta sumirse en las miserias de sus protagonistas, dando prioridad al futuro frente al pasado que han dejado atrás. La autora no utiliza su voz para redactar una denuncia social, sino que se limita a acompañar y seguir los pasos de estos refugiados que hablan por sí mismos.
Uno de los momentos más significativos llega cuando una niña refugiada explica que cada vez que se trasladan de país debe aprender un nuevo idioma para adaptarse al lugar, y una mujer europea le responde que eso es bueno porque así aprenderá muchos idiomas. El papel que juega la empatía, no solo en el caso concreto de los refugiados, sino en la vida en general, queda al descubierto.
Desgraciadamente, Taberna no introduce ninguna novedad o singularidad a su obra, lo que hace que Varados pase a ser un documental más sobre un tema social candente al que no otorga encanto ni da voz propia.