Hará cosa de unas décadas Robert Altman y Paul Thomas Anderson perfeccionaron la narrativa cinematográfica basada en historias cruzadas con dos obras maestras como Short Cuts y Magnolia. Esto dio como resultado gran cantidad de películas que creían que con contar en paralelo varias historias con algún nexo en común ya lo tenían todo hecho. La abominación tocó su techo en 2004 cuando la Academia decidió dar el Oscar de Mejor Película a la detestable Crash de Paul Haggis. Este parece haber sido el modelo de Manuela Moreno en Rumbos con su segunda película detrás de las cámaras tras Cómo sobrevivir a una despedida.
Seis vehículos son los escenarios donde las diferentes historias se van sucediendo hasta que, más previsiblemente que inevitablemente, muchas de ellas acabarán confluyendo. Nombres reconocibles como los de Carmen Machi, Karra Elejalde, Ernesto Alterio y Pilar López de Ayala acompañan a otros más nuevos como Miki Escarbé y Emilio Palacios dentro de una serie de relatos donde poco pueden hacer para aguantar el tipo.
El guión de la realizadora murciana no alcanza a tener historias que despierten interés y el desarrollo de las mismas cruza mil tópicos con los que estamos hartos de cruzarnos: el camionero solitario, la puta con buen corazón, el chico sobrado con amigo de sexualidad titubeante… Además, tampoco hay una propuesta formal que saque a Rumbos de la más pura inanidad en la que se sustenta. Así, los 90 minutos se suceden de forma tediosa, saltando de una historia a otro y aburriéndonos de tal manera que nos ponemos a pensar cosas tan absurdas como ¿por qué una ambulancia se pega toda una noche dando vueltas sin rumbo como si fuese un taxi? Para acabar de rematar, los diálogos parecen sacados de un libro de autoayuda de Paulo Coelho provocando más vergüenza ajena que momentos de sentimiento real.
Manuela Moreno fracasa a todas luces a la hora de sacar adelante el que parece ser su primer proyecto personal tras el encargo que le hizo Atresmedia (productora que repite aquí) con su primera película. Pero el caso es que incluso preferimos el intento de comedia femenina que era Cómo sobrevivir a una despedida a esta desangelada película que simplemente no interesará a nadie el día de su estreno.