Si hay una película este año que merece verse en 3D esa es El desafío (The Walk). Un film que se disfruta mucho mejor en este formato ya que sentiremos y experimentaremos en primera persona todo lo que le sucedió a Joseph Gordon-Levitt. Todo lo que no sea así quedará cojo, la impronta en nuestra memoria será mucho más pequeña.
En resumen, El desafío (The Walk) cuenta la hazaña de un hombre. En 1974 el equilibrista y funambulista francés Philippe Petit desafiando todas las leyes físicas y legales decidió tender un cable entre las dos Torres Gemelas de Nueva York y pasar de una a otra acompañado de una barra de metal. Fue un hito que quedó grabado en la memoria de los neoyorkinos y de aquellos que conocieron la noticia por radio y televisión. El hombre había luchado contra los elementos, Petit había dominado y tocado el cielo para la eternidad. En verdad no solo se nos cuenta ese prodigio. El gran Robert Zemeckis vuelve a la sorprendernos narrando el antes y el después incluyendo los principios e inquietudes del personaje, sus comienzos en el circo con su primer maestro y las pruebas anteriores a la hazaña en Estados Unidos, con un paseo incluido en la iglesia de Notre-Dame de París. Sorprende gratamente el blanco y negro de algunos pasajes para recordarnos que estamos en el pasado y que ya hemos visto en otros films recientes como Oz, un mundo de fantasía de Sam Raimi en el 2013.
Para que Philippe Petit pudiera hacer realidad ese sueño, ya imaginado desde muy joven, necesitó del apoyo de varias personas entre ellas la mujer que creyó en él en cada momento y que siempre estuvo a su lado apoyándolo y amándolo a partes iguales cómplice de su premeditada locura. El desafío (The Walk) también narra la manera en la que se conocieron, su primera cita y el amor que nació entre ellos. Además de Petit y su pareja,la bella Annie, también encontramos otros hombres que conforman este grupo de valientes a la manera de Ocean´s Eleven. Todos ellos tienen un rol en el plan, todos ellos cumplen su misión a la perfección para que al final nuestro amigo consiga acceder al interior de uno de los edificios y llegar a las alturas para sorprender al mundo con su magnífica proeza. Entre ellos Papa Rudy, un serio Ben Kingsley, quien le enseñó todo lo que sabía sobre este arte, sus secretos y trucos o su amigo fotógrafo Jean-Luis, alguien en quien siempre se podía confiar. Los demás fueron entrando en el grupo una vez llegaron a la gran ciudad.
Está claro que el peligro acecha a cada paso que dan ya sea sobre el cable o fuera de él no obstante la comedia también asoma en algunas ocasiones con frases ingeniosas que intentan quitarle dramatismo a aquello que estamos experimentando como por ejemplo el gracioso vacile a la policía o la sincera confesión al agente de aduanas en el aeropuerto.
El desafío (The Walk) estuvo en la mente del director desde que conoció la historia de este equilibrista pero nunca llegó a rodarlo porque necesitaba unos efectos muy pero que muy especiales. Gracias a los avances técnicos podemos disfrutar de este gran espectáculo en donde la subida de adrenalina está asegurada al igual que el vértigo que suponen algunas escenas en lo alto de las dos torres.
Joseph Gordon-Levitt fue el elegido para el papel protagonista por muchas razones entre ellas que fue gimnasta en su juventud, algo que es muy importante en aquellas partes en las que realiza equilibrismos sin arnés al menos visible. Una acertada elección visto el resultado que nos proporciona una visión diferente de este actor casi siempre encasillado en papeles de joven cómico.
Robert Zemeckis vuelve por la puerta grande con un trabajo que no pasa desapercibido y que sin duda dará que hablar en las próximas semanas, quizás haciendo que a más de uno se le caiga una lagrimilla al recordar a las Torres Gemelas y el desgraciado ataque terrorista del 11- S.
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