Pensar que Michael Bay iba a volver a dirigir algo que no tuviera nada que ver con Transformers era sin duda una gran noticia. No es por menospreciar la saga de robots gigantes, pero lo cierto es que a mi ya me cansaba el tema hasta el punto que la última ni si quiera la he visto, y eso que la tengo comprada desde hace semanas…
Si a esto le unimos que íbamos a contar en el reparto con gente como Mark Wahlberg o Dwayne Johnson podemos decir que ya teníamos el mix perfecto para los que estábamos esperando algo parecido a Dos policías rebeldes.
Y lo cierto es que yo estaba en lo cierto. La película es una locura a tantos niveles que es imposible no disfrutarla. Quizás lo único que escama un poco es que al estar basada en hechos reales el tono de cachondeo que embriaga las dos horas que dura puede no ser muy fidedigno, pero ¿a quien importa esto?
Del trío protagonista no hay muchas pegas que decir, tenemos a un Dwayne Johnson enorme (y no solo en lo físico). Este señor es un portento y espero verlo en un montón de películas porque tiene un carisma tan grande que puede incluso dejarte ciego. En este caso su personaje es de lo más agradecido, un forzudo amante de Jesús, ¿Qué más se puede pedir?
Sin embargo en el caso de Mark Wahlberg no podemos decir lo mismo. Este actor tiene muchas carencias que no ha sabido solventar a lo largo de su carrera y es un poco limitado. No es que lo haga mal, pero sí podemos decir que la película cojea en las escenas en las que él es el único protagonista.
La ambientación es otro de los puntos fuertes de Dolor y Dinero. Miami en los años noventa, coches horteras, vestimenta hortera y música hortera. Quizás es porque me gusta mucho tanto esa época como esa ciudad, pero el caso es que consiguió ganarme desde el minuto uno.
Con respecto a la mano de Michael Bay hay que agradecer que pese a que tiene su toque no nos sature con esas técnicas que tanto le gustan, esas cámaras locas y demás. Aquí todo esta bien racionado y nos llega a cansar ni marear. Se agradece Michael.
Sin duda Dolor y dinero es una gran película y la vuelta de Michel Bay a dirigir a seres humanos (Shia LaBeouf no lo es) y esperemos que esta sea la puntilla que le falta para que empiece con el rodaje de Dos policías rebeldes 3.