Si uno coge y lee que hay un proyecto dónde están metidos Mark Wahlberg, Dwayne ‘La Roca’ Johnson y Michael Bay, no le queda más remedio que hacer la genuflexión tres veces y dar gracias a los planetas (no al grupo, sino a los astros) por seguir vivo un día más para presenciar semejante derroche de testosterona, peleas y tiros.
Pues bien, si lo que buscas es la testosterona, Pain & Gain (traducida noblemente como Dolor y Dinero), te vas a hartar. Ya que esta historia de cómo tres cenutrios de gimnasio, con aspiraciones más grandes de lo que su propia vida les pueda dar, te va a satisfacer de cabo a rabo. Eso sí, si buscas la espectacularidad, los tiros, las peleas, los coches que vuelan y los clímax dignos de una batalla espacial, esta no es tu película. Ya que Pain & Gain está basada en hechos reales, y no dejan de recordártelo una y otra vez.
Y es que, probablemente, estemos ante el cambio de registro de Michael Bay como director. Sus constantes contrapicados o picados de cámara, siguen ahí, pero ha añadido nuevas técnicas a su haber (infinitos ‘falsos’ planos secuencias) que te hacen dudar una y otra vez si aquello que ves es Michael Bay o su primo lejano; ya que ha sabido plasmar a la perfección a una generación de personas adoradoras del culto al cuerpo y en busca constante del sueño americano. A tres cabestros de gimnasio que lo único que aspiran es a algo que no pueden tener.
Esto también ocurre con ‘The Rock’, porque sincerémonos, uno espera que Dwayne Johnson entre en fase y se ponga a repartir lo suyo a izquierda y derecha, pero lejos de hacerlo, se muestra como un actor, quiero decir con esto que tampoco es una maravilla, pero que se ve que no es sólo 500 kilos de músculo.
Aunque hay que resaltar, sin duda los papeles de Tony Shalhoub y de Ed Harris; el primero, por ser ese personaje asqueroso que hace que ni cuando peor lo pasa te apiades de él; y el segundo, por hacerse con gran parte de la película con sus escasas y esporádicas apariciones.
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