Todos conocemos la problemática que impera en Venezuela. La crisis tanto política, como social o económica está haciendo verdaderos estragos entre la población. El dinero parece que no se gana, se roba o se toma prestado. En Caracas, cada persona trata de sobrevivir de la mejor manera posible, algunos comprando afecto y sexo y otros vendiendo su cuerpo al mejor postor. Una oferta y demanda que a veces puede llegar a ser muy peligrosa llevando a alguno de ellos a coquetear con el delito y la cárcel. Lorenzo Vigas intenta con Desde allá además de presentarnos a dos de estas personas, mostrar la imagen más pobre de la ciudad con unos planos que abundan en paisajes de esos que aconsejan mirar hacia otro lado si uno es muy sensible o no está acostumbrado a tolerarlos.
La ciudad en estado puro con barrios no muy aconsejables que son visitados por un profesional de las prótesis dentales con un interés oculto no precisamente muy normal. Paga a jóvenes marginales y posibles delincuentes que encuentra por la calle o subidos en transporte público para hacer realidad sus perversiones sexuales. Armando, además parece tener una fijación con un señor mayor que ha llegado a la ciudad y que misteriosamente está ligado a él.
La irrupción de Elder, una de sus conquistas pagadas a golpe de dinero en efectivo, en su vida hará que cambien sus planes iniciales y comience a gestarse en su cabeza una venganza con asesinato incluido. El chico será un peón en sus manos, manejado como un títere y comprado como si fuera un sicario sin ni siquiera saberlo el mismo. Armando se convierte en su amigo, su padre postizo y su amante aunque el muchacho nunca ha demostrado deseos homosexuales.
Las dos vidas cambian. Una que ha sido descontrolada y salvaje en un mundo donde la violencia habla todos los idiomas ahora está controlada y parece seguir unas normas y patrones. La otra por el contrario, mucho más comedida y menos agitada comienza a desquebrajarse por momentos manejándose en situaciones de las que antes nunca había oído hablar.
La relación comienza con una evidente y lógica desconfianza entre ambos que transita entre silencios incómodos y evidentes muestras de violencia descontrolada pero que evoluciona hasta un amor sincero por una de las partes que es capaz de traicionar todos sus principios y sus valores con tal de poder manifestar todo el cariño que siente hacía la otra persona. Tal es el grado de sumisión de esta persona que no dudará ni un instante en matar o morir por ella. Un final que se adivina pero que aun así conmueve.
El año pasado el jurado en el Festival de Venecia premió a Desde allá con el León de Oro a la mejor película conquistado por la dureza del tema y la manera de tratarlo sin pelos en la lengua.