¿Alguna vez has imaginado cómo te puede cambiar la vida en un momento? ¿Qué ocurre si durante ese momento no tomas la decisión más acertada? Tras una fiesta en una casa, al final de la noche sólo quedan dos personas, el inquilino de la casa y una joven. Poco después, él huye buscando ayuda cuando se encuentra a la chica en el suelo pero finalmente ella muere. Así comienza De repente (Auf Einmal, Asli Özge, 2016), una película alemana que nos mantendrá en vilo durante todo el metraje haciendo que el espectador se cuestione continuamente qué es lo que la cinta pretende mostrarnos.
Tras una introducción terriblemente lenta y oscura en la que la falta de diálogos deja más espacio para la incertidumbre de no saber lo que nos espera, De repente mantiene ese ritmo sosegado y una trama prácticamente lineal relatando la posterior vida del protagonista tras el suceso de esa noche, que cambiará su rutina de forma que sus amigos, pareja y compañeros de trabajo comiencen a verlo como un posible homicida y éste comience a ser castigado por ello.
De repente es un thriller tenebroso mantiene durante toda la cinta esa oscuridad y ese tono pasivo con la intención de producir el misterio, que a pesar de que se intenta remarcar continuamente en la cinta, provoca cierta indiferencia por el poco sobresalto y las pocas novedades que se van aconteciendo en su trama. Özge alarga demasiado una historia que podría haberse reducido considerablemente y no sabe aprovechar la moraleja que plantea en su desenlace, dejando así una cinta con una historia interesante pero con un largometraje demasiado largo y mal aprovechado.
Sobre la película
Después de una fiesta en el apartamento de Karsten, todos se marchan excepto Anna. Karsten, admirado, se acerca a esa misteriosa mujer. ¿Cómo iba a saber que en un momento de debilidad su estable vida iba a descarrilar hacia un desastre fuera de control? En una pequeña ciudad provincial alemana, la decepción alimenta la ira, la justicia se oculta tras la hipocresía y el mal poco a poco sale a la luz.