Conseguir convertir una película sobre chusmas en sus coches tuneados en una saga de cine de acción entretenida es difícil tarea. Sin embargo estamos hablando de que Fast & Furious se ha convertido en una de las sagas de acción más rentables de Hollywood.
Decir que Fast & Furious 6 es más de lo mismo es quedarse corto pero, ¿que problema hay? Si ya nos parecía que la quinta entrega de la saga empezaba a ser muy fantasiosa aquí ya hablamos de que se han liado la manta a la cabeza y han decidido que todo vale. Y mola, mola mucho.
En esta ocasión nuestros amigos se trasladan a Canarias y a Londres. Quitando ciertos datos no muy fieles a la realidad este cambio de aires le ha sentado muy bien. Esa primera carrera por un pueblecito canario, o esas persecuciones por Picadilly Circus hacen que tengamos más alicientes para seguir yendo a las salas de cine.
De nuevo y como va siendo lo habitual desde la cuarta entrega, los coches cada vez son menos protagonistas y se centran en las tramas de acción, con sus tiroteos y, como no, con sus frases lapidarias. ¿Alguien ha contado las líneas de texto que tiene Vin Diesel? Decir diez ya es estar exagerando.
El equipo al completo funciona muy bien y cada uno tiene su peso en la trama. Concretamente me ha encantado la incorporación de Dwayne Johnson (que ya aparecía en la anterior), que aporta un carisma inigualable. El resto, como digo, en su línea, el pobre Paul Walker la verdad es que como siempre más perdido que un pulpo en un garaje y el chaval se nota que no da para más, pero tampoco le podemos pedir peras al olmo.
La película está muy bien rodada y el guión, dentro del producto del que estamos hablando, está también muy bien. Los giros que se van dando durante toda la película son delirantes y en cualquier otra película serían imperdonables, pero como decía antes a esta saga ya se le permite todo.
P.D: Mortal escena final precréditos que si no estás muy informado de rumores y noticias sobre la película te deja partido en dos.
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