Ya lo he dicho más de una vez por aquí: no estoy en contra de los remakes, ni siquiera del inminente RoboCop. Por ello Carrie podría haber sido una interesante vuelta a un argumento que según muchos ya dio bastante en la mítica película de Brian de Palma. Aquella era una adaptación con sus licencias, como deben ser todas las adaptaciones, de una obra que se prestaba a diferentes interpretaciones y formas narrativas. Carrie fue la primera novela publicada por Stephen King y destacaban principalmente por su estructura: la historia estaba contada combinando cartas, recortes de periódicos y libros e informes policiales que intentaban dar luz a la masacre que había ocurrido. La película fundacional de De Palma simplificó esta estructura decantándose más por una pirotecnia visual muy del gusto del director italoamericano.
En esta versión dirigida por Kimberly Pierce se cuenta exactamente la misma historia, siguiendo paso a paso la película de 1976, y cargando un poco las tintas en el contexto social del instituto. Ahora la forma de humillar a alguien es subiendo un vídeo suyo a youtube, aparte del no menos humillante cubo de sangre por la cabeza. Y esa es la pega de esta Carrie, que es simplemente una puesta al día a los tiempos modernos de la película, que no de la novela, sin aportar demasiado nuevo.
Lo que funcionaba bien en aquella, funciona bien en esta: tanto Chloë Grace Moretz como Julianne Moore son excelentes actrices y están a la altura en cuanto a dar mal rollo y miedo. El resto del reparto simplemente cumple sin más y la directora Kimberly Pierce hace lo que puede: Carrie posee todo el gusto malsano que debe tener y no deja de ser una película de lo más entretenida, disfrutable si no conoces el original, ya que no deja de ser una fotocopia de ésta. Por eso es mosqueante que vendan esto como una nueva adaptación de la novela de Stephen King cuando es realmente una nueva puesta en imágenes del guión de la película de 1976. Así que seguimos estando en una situación donde una nueva versión de Carrie es posible.
Por último una observación acerca de los tiempos que vivimos: este año hemos visto dos películas donde Chloë Grace Moretz tenía problemas con su regla. Esto de ver en tiempo real como una muchacha crece como actriz y como persona y pasamos por todos los estadios que ello conlleva me perturba demasiado. Porque claro, ¿qué será lo siguiente que veremos hacer a la inocente Chlöe? No me lo quiero ni imaginar.
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