Cuando en 2012 Joss Whedon preparaba Los vengadores afirmaba que la película estaba esencialmente narrada desde el punto de vista del Capitán América, de forma que íbamos conociendo ese mundo de superhéroes a través de sus sorprendidos ojos. El tiempo ha dado la razón a Whedon ya que a estas alturas Steve Rogers se ha convertido en la espina dorsal del Universo Cinematográfico Marvel en su apartado terrestre, desplazando así a un segundo plano al personaje que arrancó el serial, Iron Man. Capitán América: Civil War enfrenta a ambos personajes y sus acólitos en una película a la que pocas cosas se le pueden reprochar.
Como no puede ser menos, lo mínimo que le pedimos a una película como Capitán América: Civil War es que proporcione un entretenimiento que nos lleve algo más allá del simple pasatiempo. Los hermanos Russo se revelan así, tras la sorprendente Capitán América: Soldado de Invierno, como el reemplazo natural de Whedon tras su traumática experiencia con Vengadores: La era de Ultrón: más eficientes y menos autorales, es decir, el sueño de todo productor. Así, los Russo ponen la directa desde el primer momento no dejando que el ritmo desfallezca, a pesar del inevitable tramo central hablado que ya parece ser marca de la casa. Si en las películas de Whedon teníamos las escenas del Hellcarrier y la granja, aquí presenciamos toda una historia de toma de posiciones y asunción de los errores cometidos junto a una historia de venganza por parte del Barón Zemo, espléndido Daniel Brühl, que logra trascender la categoría de McGuffin.
Como buenos nerds que son los Russo y sus guionistas, Christopher Markus y Stephen McFeely, los mismos de todas las películas del Capitán, consiguen aunar la vertiente seria del asunto (cuál debe ser el papel del poderoso en el mundo) con la más fantasiosa, que ya adelantó Iron Man 3 y que aquí se despliega majestuosamente en el enfrentamiento del aeropuerto de Berlín: Ant-Man y Spiderman toman aquí un protagonismo esencial y, aunque la presencia de ambos personajes la podamos considerar gratuita, la ejecución es tan espectacular y divertida que podemos dejar a un lado al guionista picajoso que todos llevamos dentro y disfrutar a lo grande del efectista resultado.
En cuanto al apartado dramático, Capitán América: Civil War supera con nota todo lo que hasta estos momentos ha ofrecido Marvel. El discurso sobre los daños colaterales que anticipaba Vengadores: La era de Ultrón aquí se amplifica hasta convertirse en el eje central de la discusión. Tal y como decíamos antes, está claro que la historia se decanta del lado de Rogers y resulta inevitable empatizar con su punto de vista: el superhéroe como un freelance que no debe responder demasiado a unas autoridades con una agenda a veces un poco sospechosa. Aun así, la exposición del resto de posiciones, con un Robert Downey Jr. aportando matices al cínico Tony Stark, se establece con el suficiente criterio como para que no se caiga en un maniqueísmo facilón sino en un discurso maduro y adulto. Igualmente, la historia de amor fraternal entre Steve Rogers y Bucky Barnes se presenta como el motor de una trama llena de personajes secundarios que aportan en vez de estorbar. Realizando algo que es más difícil de lo que parece, Capitán América: Civil War consigue manejar con soltura el caudal de personajes que anticipa lo que será ya un totum revolutum en Avengers: Infinity War donde con toda seguridad nos reencontraremos con los superhéroes que aquí vemos junto a los habitantes de galaxias lejanas.
Marvel sigue desarrollando así todos los conflictos que supone ser un superdotado y un héroe ante la sociedad, atendiendo a la parte más humana de los personajes. Si en Iron Man 3 asistíamos a las dudas del héroe y en las dos anteriores protagonizadas por el Capitán América a su construcción y desarrollo, en Capitán América: Civil War se reflexiona sobre las consecuencias de los actos, los daños colaterales y las relaciones causa-efecto. Todo ello sin dejar de lado la acción y la coherencia de la historia que en definitiva parece ser lo que condicionará el éxito de esta película en el futuro y lo que está propiciando el relativo éxito de otras.
Ahora solo queda esperar, tras la sorprendente posición final en la que quedan la mayoría de los personajes, cómo se retomarán las cosas: Dr. Strange (octubre, 2016) probablemente obvie los hechos aquí acontecidos y en 2017 viajaremos a los mundos de Guardianes de la galaxia y Thor, con Spiderman: Homecoming como único referente terrestre. Tendremos que esperar a 2018 para recuperar a Black Panther y, por supuesto, al resto Vengadores en su encuentro final con Thanos. A ver cómo se prepara el terreno.
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