Hacía tiempo que empezaba a ser necesaria la creación de un evento que sirviese como centro de la cinefilia y el amor al séptimo arte. El buen rendimiento que ha cosechado durante los últimos años el Salón del Cómic de Barcelona ha servido como garantía para impulsar un proyecto de características semejantes, pero dedicado al cine. El Salón del cine y las series inauguró su primera edición el pasado viernes, y durante tres días el evento ha reunido a productores, analistas, cinéfilos, cineastas y amantes del cine y las series para hablar, debatir y disfrutar sobre lo que más les gusta.
La esencia del Salón del cine y las series son sus más de setenta expositores de todo tipo que han atraído el interés del público. Lo mejor del evento es su funcionalidad como centro en que ambas partes, empresas y público, puede relacionarse y disfrutar de las ventajas que el salón les ofrece. Los coleccionistas pueden darse a conocer y vender sus artículos, las productoras pueden mostrar sus proyectos y su forma de trabajo, los clubs y asociaciones pueden mostrar sus actividades y reclutar adeptos… Desde este punto de vista el salón funciona a la perfección, es una ventana y oportunidad única para conocer el sector y darse a conocer. En este sentido probablemente la iniciativa más interesante y con más potencial de todas es la de los stands de proyectos que buscan financiación a través de crwodfunding. Cada persona asistente disponía de un código QR que podía depositar en quince piezas audiovisuales diferentes (cortos, largometrajes, series…) en proceso de producción. Cada QR equivalía a un euro que el Salón del cine y las series donaría del dinero recaudado con las entradas. Pocas oportunidades para financiar una obra aún acabada de nacer son tan claras como la que ha ofrecido el Salón del cine y las series y es de agradecer la tarea y el interés que el evento ha demostrado en este tipo de proyectos.
Más allá de la utilidad y funcionalidad del evento como plataforma cinematográfica, el salón se queda un poco limitado al público más exigente. Hay una vocación lógica comercial para atraer al público y probablemente necesaria para que el proyecto se sostenga en su primera edición y tenga un éxito de público y asistencia. Pero es evidente la presencia de unas temáticas específicas (sobre todo el universo Star Wars) y de un determinado tipo de cine que atrae a las grandes masas (tanto en los stands como en las conferencias) que pueden aburrir enseguida a un determinado tipo de público. La escasez de conferencias u exposiciones de películas de cine de autor y clásicas es probablemente una de las asignaturas pendientes del salón. Pese a estos defectos el salón tiene futuro y todo apunta a que se realizarán futuras ediciones. Esperemos que así sea y pueda considerarse y establecerse como uno de los eventos cinematográficos más importantes del año en España.
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