“Son unos 5,000 ancianos tomando decisiones. La media de edad es probablemente de 85”. Así ironizaba el cineasta Terry Gilliam (Minneapolis, 1940) sobre la Academia del cine en Hollywood al ser preguntado por los próximos premios Oscar, cuyas nominaciones se anunciaban al día siguiente a esta declaración. No obstante, The Artist es su clara favorita.
Único componente de los Monty Python no inglés de nacimiento, Gilliam adquirió la nacionalidad británica en 1968, lo que claramente le distancia de sus colegas cineastas afincados en Los Ángeles. Y no sólo en el sentido geográfico. Con naturalidad reconoce no ver series –“bueno Family Guy es la excepción” – y desconocer por lo general aquéllos actores que le llaman la atención cuando ve algún filme reciente. Comiendo palomitas y con una energía arrolladora, Terry Gilliam contestó preguntas de unos 20 admiradores en la exclusiva presentación en Londres de The Wholly Family, su último trabajo desde The imaginarium of Doctor Parnassus (2009). Cine en serio se encontraba allí.
Parece increíble que alguien con películas como Brazil (1985), Twelve Monkeys (1995) o Fear and loathing in Las Vegas (1998) tenga problemas de financiación. “Hay un límite de x millones de dólares que nadie se compromete a producir, y el tipo de cine que hago yo requiere de presupuestos elevados”, afirma. De ahí que su última película sea un cortometraje de 20 minutos, curiosamente sufragado por una marca de pasta Italiana. “Las únicas condiciones que me pusieron fueron que se rodara en Nápoles y que nadie muriera en la película. Y así lo hice”, remata. The Wholly Family reúne todo el imaginario creativo del director, presente en películas como The Brothers Grimm o Tideland (2005). La pesadilla de un niño castigado a la cama sin cenar desencadena unas deliciosas imágenes de tradición surreal y fantástica en el más terryliano de los sentidos.
Frecuentemente relacionados entre sí, Gilliam sale al paso de la frecuente comparación con el cine de Tim Burton. “Tim es amigo mío. Es genial, aunque nunca me ha asustado nada de lo que haya hecho. La diferencia es que los personajes de Burton vuelan con la imaginación, escapan. Mis personajes lo hacen, pero por la vía del dolor y la disciplina. Burton no hace frente a las dificultades de la vida de esta forma”, afirmaba.
Un proyecto que parece tocado por el mismo diablo es su personal adaptación cinematógrafica de Don Quijote de la Mancha. Tanto es así, que ni se atreve a pronunciar su nombre para que no se gafe. “Estamos muy cerca de conseguirlo”, exclama sonrojado. Eso sí, comentó el entusiasmo que el octogenario actor Robert Duvall tiene por el proyecto, pensado inicialmente para el papel de Don Quijote. También tiene pendiente la adaptación de la novela Mr. Vertigo, de Paul Auster. “Hollywood se está librando poco a poco de aquéllos que no queremos hacer blockbusters pero necesitamos un presupuesto decente”, afirma. De ahí que el año pasado fuera su “año experimental”. “Hice una ópera y un corto, estoy viendo a ver a qué me dedico”, decía con socarronería, dada su trayectoria.
The Apartment (Billy Wilder, 1960) y The Unforgiven (John Huston, 1960) son películas que hubiera querido hacer él mismo –“No se puede competir con la genialidad de Billy Wilder”. De entre su propia filmografía, declara que sus favoritas son Brazil (“aún vienen adolescentes a preguntarme cómo pude imaginarme un mundo así tan parecido al actual”) y Parnassus (“aunque fue una pena que no resultara lo que Heath Ledger [fallecido durante el rodaje] y yo imaginamos en un principio”). Y entre palomita y palomita sigue hablando de su cine, natural y desenfadado, como si no fuera con él.
The Wholly Family está disponible en alquiler digital por streaming.
2 comments
Ya lo comenté justamente hace unos días: http://afilthyworldafilthyplace.blogspot.com/2012/01/remember-remember-12-monos-de-terry.html , el señor Gilliam siempre se ha mostrado muy punzante en sus declaraciones a Hollywood, y no le falta razón, pero también las realiza desde el rencor, por sentirse herido al no recibir el apoyo económico suficiente
Gilliam no es un director taquillero, pero para dar inicio a sus proyectos requiere de un gran respaldo económico. En sus inicios, la taquilla no le acompañó y decepcionó. Y eso hizo mismamente que en Hollywood fueran más reacios a financiarle los posteriores proyectos, proyectos que en taquilla se han visto ya que no son interesantes para el público medio. Y es que la gente prefiere ver más la última patética comedia de Adam Sandler que ver por ejemplo La Historia del Dr. Parnassus, y ante eso poco se puede hacer. Al espectador le resulta difícil elegir una película de Gilliam si no la va a entender, o va con niños, etc…
Comprendo a Gilliam, pero también entiendo que Hollywood no regala el dinero, sobre todo si tiene grandes dudas que una película vaya a tener éxito y beneficios