Sitges 2015: Macbeth, tragedia traicionada

Cuando se tiene la intención de adaptar un éxito o emblema literario a la gran pantalla se debe tener en cuenta en primer lugar qué innovaciones e intenciones se desean incorporar. Cuando una película se olvida de ello acaba convirtiéndose en un film insulso o lo que es peor, en una obra innecesaria. La adaptación cinematográfica del clásico literario de Shakespeare, Macbeth, por parte del director Justin Kurzel es sintomática de este problema. Desde el Macbeth de Orson Welles o el de Akira Kurosawa (Trono de sangre) muy pocos han conseguido adaptar con originalidad o intenciones claras una de las tragedias más importantes de la historia de la literatura.

La película de Kurzel es una simple conversión de obra teatral a obra ¨cinematográfica¨ que se dedica plenamente a crear una atmósfera y estética convincente y se olvida de entender el argumento y añadirle matices. Es admirable la decisión de trasladar los diálogos en verso de la obra original a la gran pantalla con pequeñas adaptaciones. Realmente es la única decisión arriesgada a la que se enfrenta el film y no consigue solventar al completo, quedando muchos de los diálogos vacíos y no creíbles.

MACBETH

Uno de los contundentes errores de la película es la poca importancia y relevancia que ofrecen a Lady Macbeth. Michael Fassbender, pese a ser un grandísimo actor, no acaba de afrontar con solvencia el papel protagonista quedando muchos de sus diálogos como simples recitaciones sin sentimiento. Por otro lado, Marion Cotillard, que es la única capaz de transmitir sensaciones a través de sus diálogos, queda relegada y en un segundo plano. El único gran monólogo que esta tiene es infinitamente superior a todos los de Macbeth. Estéticamente la película tampoco llega a convencer, se insiste demasiado en primeros planos para transmitir los sentimientos que los protagonistas no saben interpretar, se abusa de la cámara lenta en las batallas y la apuesta por unos decorados intencionadamente pobres hacen que la película probablemente hubiese funcionado mejor encima de un escenario.

3 comments
  1. Pingback: Bitacoras.com

Deja un comentario

You May Also Like

Blue Jasmine, Woody Allen haciendo cine social

Cita anual con el maestro, y como siempre que habla el maestro nosotros nos tenemos que callar. Incluso cuando se equivoca tenemos que guardar silencio porque hasta de esos errores se aprende. Y porque es el maestro, porque lleva lo que lleva a sus espaldas se le debe un respeto y un compromiso, el de estar, año tras año hasta que la luz se apague, sentado en la butaca a ver que nos tiene que contar, con qué nos quiere remover el alma. Woody Allen haciendo cine social. Si me lo llegan a decir hace un tiempo hubiera soltado una carcajada. Pero la actualidad manda, y esta crisis que estamos viviendo ha afectado hasta a los protagonistas de las películas de Allen, la clase alta. Esa clase alta rancia, que se cree que se merece estar donde está por encima de los demás, y si de paso pisotea al resto mejor.
Ver entrada

Le Week-End, un fin de semana en París

Imagina por un momento que llevas 30 años casados, que tu hijo por fin se ha ido de casa y que sigues locamente enamorado de tu mujer, ¿qué harías para…
Ver entrada