La película de la austriaca Veronika Franz es una de las obras más interesantes en la sección oficial del festival de Sitges. La película austríaca nos presenta la vida de una madre que, tras una operación de cirugía estética, se comporta de una manera violenta hacia sus hijos gemelos. Los dos niños sospecharán constantemente si la persona que dice ser su madre es ella de verdad, y no dudarán en recurrir a todo tipo de mecanismos para averiguarlo. La película aumenta progresivamente el clima violento y macabro que se genera alrededor de la familia. Un clima que contrasta de forma exagerada con el estilo de la directora. Los planos suelen ser fríos, sin movimientos, desdramatizados. Una estética que recuerda en muchas ocasiones a la que crea Haneke para sus películas.
Con tan solo tres protagonistas y un espacio, Veronika Franz consigue crear uno de los mayores films de terror psicológico de los últimos años. Terror que viene acompañado de imágenes violentas, excesivamente desagradables y que pondrán la piel de gallina a todos los espectadores. Pero más allá de los sustos y la sangre, la película esconde una narración igual de trágica que poética. Ya que la sutil iluminación y la cuidada dirección de actores genera un discurso metafórico y de gran alarde visual. Goodnight mommy es una de esas joyitas de cine europeo que muestra una nueva forma de enfocar el género de terror y de la tragedia familiar.
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