El día de ayer nos llevó desde la Islandia de Rams a la Tailandia de Cemetery of Splendour, montados en un cargero filipino gentileza de Dead Slow Ahead. Un viaje en el marco del Festival de Cine Europeo de Sevilla que se lanza más allá de sus fronteras.
Rams (El valle de los carneros)
Rams (El valle de los carneros) de Grímur Hákonarson cuenta la historia de los ancianos hermanos Gummi y Kidi, peleados desde hace 40 años a pesar de tener granjas de ovejas contiguas. Una plaga que afecta a sus ovejas les forzará a unir fuerzas y recuperar el hermanamiento perdido.
Rams (El valle de los carneros) es otra de las películas nominadas a los Premios del Cine Europeo que hemos tenido la oportunidad de ver en el Festival de Sevilla y nos da una idea del perfil de estos premios. Más allá de los grandes nombres como Lanthimos, Moretti o Sorrentino, la película de Hákonarson representa ese cine europeo centrado en la humanidad de los personajes más allá de la anécdota que les rodea. En ese sentido Rams no deja de ser un agradable drama, con algunos puntos cómicos que le hubiesen venido de perlas potenciar, tan convencional como digna de mención.
Dead Slow Ahead
El cargero Fair Lady, de tripulación filipina, es el escenario elegido por Mauro Herce, director de fotografía de Arraianos, para ofrecer un espectacular mosaico de movimientos y sonidos que va más allá del mero documental.
Sin un hilo narrativo fijo, Herce propone un encadenado de imágenes donde lo humano y lo industrial se funde y confunde en una película radical y contundente. No apta para espectadores acomodados, Dead Slow Ahead se tira de cabeza a una abstracción que provoca un desasosiego extremo, con un punto de terror expectante donde parece que algo malo va a pasar y lo único que ocurre es el movimiento.
Cemetery of Splendour
Gracias a su capital de producción europeo el Festival de Cine Europeo de Sevilla ha podido traernos Cemetery of Splendour, la última obra del tailandés Apichatpong Weerasethakul. Y no podríamos estar más felices con la propuesta, ya que, sabiendo algunos indefendibles criterios de distribución españoles, cualquiera sabe si podremos disfrutar algún día en pantalla grande de esta obra.
Volviendo a sus temas de costumbre donde realidad y ficción, sueño y vigilia, estatismo y movimiento se dan la mano, Cemetery of Splendour es un bálsamo para los sentidos, donde la compleja narración fluye con pasmosa facilidad, casi en voz baja, sin darse demasiada importancia a sí misma. Con una envidiable precisión en los encuadres y los tiempos Weerasethakul nos emociona a la vez que nos desconcierta, en un torrente de ideas y sensaciones expresadas con pocos pero sublimes recursos narrativos. Una obra imprescindible que habrá que recuperar y ver con más tranquilidad, lejos de la vorágine de un festival.
5 comments