El pasado jueves Phenomena Experience volvió a ofrecernos una noche de cine con el pase de dos grandes películas que, pese a no tratarse de dos films capitales para la historia del cine, marcaron un antes y un después en el panorama cinematográfico. La primera de estas películas fue la considerada opera prima de Steven Spielberg, su telefilm Duel. Film que aunque estuviera concebido para ser emitido exclusivamente en televisión, demostró lo bien que se adapta en la gran pantalla. La siguiente película, El coloso en llamas, la película por excelencia sobre catástrofes, no dejo de impresionar al público cuarenta años después.
Sigue asombrando la gran acogida que tienen los pases de Phenomena Experience. Decenas de personas asistieron y llenaron prácticamente todo el cine Comedia de Barcelona sabiendo que llegarían a las tantas de la madrugada a sus respectivas casas. El amor por el cine siempre está palpable en Phenomana, y da mucho gusto asistir a eventos como este.
A primera vista puede parecer que Duel (traducido en España por El diablo sobre rudas) y El coloso en llamas tengan pocos rasgos en común. A decir verdad, Phenomena acertó por completo proyectándolas en una misma edición. Se trata de dos películas emblemáticas que revolucionaron la manera de concebir el séptimo arte. Duel, catapultó a una de las máximas figuras del cine de un nuevo Hollywood renacido donde destaca la espectacularidad, con sagas como Star Wars, Indiana Jones o El padrino. Steven Spielberg supo ver a la perfección que necesitaba Hollywood para recuperar la expectación y el poder que tuvo antaño a través de películas de grandes aventuras, la mayoría de ellas narradas de una forma exquisita. Duel es el perfecto ejercicio de montaje cinematográfico. A partir de una premisa totalmente simple, un camión persiguiendo y atormentando a un pobre y desgraciado conductor, Spielberg realiza con tan solo 24 años de edad una película que alcanza un nivel al que muchos directores quisieran aspirar. Y todo ello lo consigue a través de una tensión constante, un furor desenfrenado y un suspense inquietante mediante un montaje y una dirección más que notables. El coloso en llamas aparte de ser la gran película de catástrofes, es una hazaña épica incomparable y que tras muchos años sigue funcionando a la perfección. A esto hay que sumar que el film va acompañado de un magnífico reparto donde se disputan el papel de protagonista un arquitecto sin miedo a la aventura, encarnado por Paul Newman, y un bombero al que nadie ni nada puede parar, interpretado por Steve McQueen.
Pero existe un punto en común entre las dos películas que acabaría revolucionando la industria del cine. Ambos trataban un concepto que conseguiría atrapar a todos los espectadores: la amenaza invisible. Una amenaza sin rostro, incontrolable, que multiplica por mil el pánico y el miedo tanto de los protagonistas como del público. En un film de terror en el que el antagonista es un asesino, por muy atroz y peligroso que sea, conocemos como es. En una película en la que el antagonista es un camionero diabólico cuyo rostro no aparece en ningún momento o en una en la que el fuego imprevisible amenaza con la vida de las personas, se aumenta el sentido de terror y se ensalza la aventura épica.
Esa es una de las claves que consiguió atraer a tantas personas hace cuarenta años y que continúa funcionando actualmente. El público de Phenomena, tal como lo hacían los apasionados del cine setenteros, aplaudió y descargó la tensión a modo de catarsis en los momentos cumbre de El coloso en llamas, o en el espectacular y asombroso final de Duel.
Phenomena Expierence es capaz de revivir sensaciones de hace cuarenta años a partir de proyecciones de películas míticas y fascinantes. Estas sensaciones son las que mantienen el poder de esta iniciativa y crean la adicción de un público que quiere revivirlas de nuevo, o quiere sentirlas por primera vez en la gran pantalla.
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