Los cines se llenan este 24 de octubre de 2025 con una cartelera variada que promete emociones intensas y miradas muy distintas sobre la condición humana. Desde el realismo social y conmovedor de La deuda de Daniel Guzmán hasta el cine comprometido de Un simple accidente del iraní Jafar Panahi, pasando por la comedia histórica La cena de Manuel Gómez Pereira o la tragicomedia policial Un cabo suelto de Daniel Hendler. La oferta se completa con el sólido drama de espionaje Un fantasma en la batalla de Agustín Díaz Yanes y la reinterpretación oscura del cuento clásico La hermanastra fea de Emilie Blichfeldt.
La deuda (Daniel Guzmán, 2025)

El tercer largometraje, escrito y dirigido, del también actor Daniel Guzmán merece el aplauso por muchos motivos, a pesar de sus imperfecciones y talante de obra menor. La historia de Lucas es la de un delincuente bondadoso, muy humano, un tipo a quien la vida ha maltratado, pero cuyos valores morales y sentido de solidaridad siempre están ahí. La película se vale de una intriga criminal para mostrar conflictos y relaciones entre personas de enorme talla humana, así como para denunciar el abandono de los ancianos y los desahucios. El espectador adorará a la abuela, a la enfermera y a los demás personajes. Me gustó bastante, aunque no es redonda.
Un simple accidente (Jafar Panahi, 2025)

Panahi ha sufrido el acoso de la teocracia iraní que le ha prohibido rodar y le ha encarcelado. Su energía e ingenio le lleva a rodar en su propia casa —la magnífica “Esto no es una película” (2011)— o a poner la cámara en el salpicadero de un taxi conducido por él mismo (“Taxi Teherán”, 2015). Ahora recibe la Palma de Oro de Cannes con una denuncia de las torturas y la destrucción moral que provoca la violencia del régimen en sus opositores. El punto de partida —las dudas de una víctima que cree reconocer al policía que lo torturó— es similar al de la obra teatral y película “La muerte y la doncella” (Dorfman / Polanski) y plantea no sólo hasta dónde es posible la justicia / venganza; va más allá al constatar que esa violencia no tiene restauración ni curación, pues sus heridas acaban con la humanidad de cualquiera. Buen cine comprometido y universal.
La cena (Manuel Gómez Pereira, 2025)

El otrora prolífico Gómez Pereira —con varios éxitos en sus inicios en los 90— se apoya en un excelente plantel de actores y en el texto teatral de Alonso de Santos para desarrollar, con oficio, una comedia muy disfrutable, más resultona que brillante. En la posguerra, el maître del Hotel Palace (muy notable Alberto San Juan) se ve obligado por mandato de un preboste falangista a organizar una cena para Franco y sus generales; consigue que saquen de la cárcel a los cocineros, quienes, obviamente, aprovechan la oportunidad. Se pasa un buen rato.
Un cabo suelto (Daniel Hendler, 2025)

Resulta muy estimulante, por novedosa, esta comedia que te lleva sin rumbo junto al protagonista, un cabo de la policía que huye de sus compañeros, perseguido por ser testigo incómodo. El trasfondo trágico nunca se pronuncia; y la huida tan precaria y con tantas idas y venidas (que el montaje subraya con sus saltos temporales) nos divierte tanto como inquieta, pues el espectador va de sorpresa en sorpresa sin saber adónde puede ir a parar ese «cabo suelto» que a ratos es torpe, pero, si hace falta, se revela como un experto quesero. Recomendable.
Un fantasma en la batalla (Agustín Díaz Yanes, 2025) (Cines/Netflix)

El tema específico de la agente infiltrada en ETA ha sido abordado en la película de Arantxa Echevarría, estrenada ahora hace un año, y la serie “La frontera”. Con su incuestionable oficio, Diaz Yanes, vuelve sobre el tema y pone en pie una historia sólida sobre la tensión, el desgaste psicológico y las dudas morales de una agente infiltrada en la banda terrorista, a la que no le sobra ni le falta nada. Se ve sin pestañear, muy bien servida por la excelente Susana Abaitua, con un reparto impecable y un diseño de producción muy convincente.
La hermanastra fea (Emilie Blichfeldt, 2024)

Tan pretenciosa como prescindible me ha parecido esta versión entre “gore” y neorromántica del cuento de Cenicienta, con una chica que ha de hacerse todo tipo de “retoques” y hasta mutilaciones para parecer más guapa y seducir al príncipe. Ambientada en el siglo XIX no se sabe muy qué ha querido decir la directora y guionista, al margen de un recurrente y poco creíble mensaje feminista de la crueldad e inutilidad suicida de búsqueda de la belleza a cualquier precio. Los elementos de terror —en realidad “gore” o cine de asco— parecen sobrepuestos y, desde luego, los personajes son “tipos” sin matices. Abstenerse.
Estrenos en cines para el 24 de octubre de 2025
