Estrenos en cines
The Brutalist (Brady Corbet, 2024)

Tiene bastante de epopeya norteamericana o gran novela que explica una parte sustancial de la historia y la identidad del país. Rodada en VistaVision y 70 mm como apuesta por un cine espectáculo en trance de desaparecer, no cabe duda que la historia del arquitecto húngaro (y judío) emigrado a Estados Unidos tras la II Guerra Mundial y contratado para una gran obra de hormigón visto contiene apuntes y reflexiones muy valiosas: el antisemitismo y la supremacía “blanca y protestante”, la figura del tipo hecho a sí mismo que lucha a muerte por desarrollar su vocación, el millonario caprichoso y displicente que presume de sensibilidad, la crítica a la sociedad norteamericana donde no encajan ciertos inmigrantes, las heridas abiertas de la guerra y el holocausto… Con excelentes actores y ambientación, una narración eficiente y una música espléndida, a ratos da la impresión de artificiosidad, pero es una gran película.
Cómo hacerse millonario antes de que muera la abuela (Pat Boonnitipat, 2024)

Ternura en cada fotograma desprende la producción tailandesa de título internacional poco afortunado que no se corresponde con el original y sugiere un talante de comedia que la cinta no tiene. El actor que interpreta al joven protagonista, un nieto que se ocupa de la abuela con un diagnóstico de enfermedad terminal, también ha escrito el guion, lo que hace pensar que se trata de una historia personal. La pugna por la herencia, los hijos desagradecidos, la abuela que estorba, las disputas entre hermanos, los secretos y manipulaciones… nada que no sepamos y que nos hace a nosotros tan tailandeses como los de esta entretenida historia. (Se permite llorar en la última media hora las veces que sean necesarias).
El profesor de esgrima (Vincent Pérez, 2023)

Como el “western crepuscular” que cuestiona los valores tradicionales atribuidos al Oeste norteamericano, la producción francesa estrenada aquí con un título demasiado parecido a “El maestro de esgrima” de Pedro Olea y Pérez Reverte —el original es “Une affaire d’honneur”— abre grietas en el mundo clasista y machista de los duelos de honor, el patriotismo, los varones heridos… para, al mismo tiempo, incluir la figura de una mujer, sufragista y luchadora contra las discriminaciones a su género. Me pareció una película interesante, con ritmo dramático y personajes sólidos (tampoco hace demasiado hincapié en espadas, sables y pistolas).
Flow, un mundo que salvar (Gints Zilbalodis, 2024)

De vez en cuando hay que poner a prueba nuestra sensibilidad como espectadores y nuestra capacidad para relatos de otro estilo. Ello me ha animado a ver un largometraje sin diálogos y de animación. A los personajes de no les hace falta un Noé que les salve del diluvio: son una panda de animales variados que se buscan las mañas para sobrevivir. No hay ningún humano y el protagonista es un gato. Una peli distinta. A descubrir.
Old Boy (Park Chan-wook, 2003)

A los más de veinte años de su estreno se repone este relato de venganza, con una historia un tanto enrevesada y generosa en violencia, y una forma de filmar creativa, donde cada plano puede fascinar y decir algo, aunque pareza mero adorno. Premiada en Cannes y otros festivales, es una película que amas o te enerva con su narrativa dislocada y la huida permanente del protagonista. Para descubrir o replantear (abstenerse sensibles a la violencia).