Se acaba el festival y lo hace con Pasaje de vida, la historia de Miguel, un exiliado argentino que vive en España que ha decidido olvidar momentos, lugares y personas que conoció en su país. Hacer borrón y cuenta nueva y seguir con su vida en el extranjero. Su hijo, tiempo después, necesita conocer su pasado y por eso le presiona para que recuerde que lo llevó hasta aquí. Necesita saber el nombre verdadero de su madre para poder descansar tranquilo.
Los recuerdos son amargos cuando uno luchó tiempo atrás en contra del gobierno argentino de los peronistas, protagonizando misiones y protestas en grupos enemigos de la dictadura. La idea de Diego Corsini con Pasaje de vida no es hacer una crítica a estos peligrosos años setenta en Argentina sino rememorar un episodio de su historia visto con los ojos de alguien que lo vivió con profunda pasión. La lucha de un padre coraje que tuvo que sacar adelante a su hijo solo y sin ayuda ahora merece ser contado a través de diarios, fotografías o testimonios de una superviviente de la represión. Qué esté basado en hechos reales nos debe hacer reflexionar. Hay cosas que debemos remover aunque huelan mal. Los flashbacks nos ayudarán a verlo todo y a todos y a sentirlo como si estuviéramos allí, como si nosotros fuéramos los que apuntamos con la pistola.
En este thriller político la tensión puede cortarse con un cuchillo como el que empuña Miguel contra su hijo amenazando sin herir. Hay heridas que aun duelen más. Por suerte el amor está ahí para arreglarlo todo y volver a unir las piezas de lo que se ha roto.