Zach Braff vuelve a la dirección, incluso a protagonizar una película, después de mucho tiempo. El que fuera director del icono adolescente indie durante años, Algo en común, pretende con Ojalá estuvieras aquí volver a resolver las mismas preguntas pero desde el espectador de un adulto, que no tiene claro su presente, pero pretende afrontar un futuro con más dudas aún.
Zach Braff escribe junto con su hermano Adam J. Braff, una película autobiográfica, entendemos, dónde un actor pseudofracasado y con demasiados pajaritos en la cabeza, tiene que afrontar la enfermedad de su padre y la educación en casa de sus hijos.
Todo esto sería un resumen estupendo si decidiéramos quedarnos en la superficie, si nos adentramos un poco más en lo profundo, estamos ante otra película independiente bonita que pretende reconciliarnos con nosotros mismos, nuestros sueños de infancia, nuestros padres, e incluso con la vida. Y que esto no suene de forma irónica, sino que el esquema que repite ya nos suena y hemos podido verlo en Beginners, aunque Ojalá estuvieras aquí es más accesible para los adolescentes con problemas reales.
En ocasiones, deambulamos junto con el protagonista por escenas cuyo único objetivo aparente es sacar a un colega famoso para hacer un cameo, y cuya misión real es unir las piezas del puzzle que se va formando a lo largo de la misma.Todo tiene un sentido, y todo camino duro y áspero merece la pena por la recompensa final, o al menos eso se plantea en esta comedia, con especial mención a los momentos de ensoñaciones de ciencia ficción que nos recuerda a otro trabajo mítico como es Scrubs, que a su vez quiere alejarse con totalidad del cliché de la culpa judía que tantas veces estamos acostumbrados a ver en el cine americano.
https://www.youtube.com/watch?v=CiMG-3zg3ek
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