Hay amores que merecen ser recordados y el que narra Hostile también. En un futuro apocalíptico ¡otra vez! una superviviente recorre sola una zona plagada de seres monstruosos noctámbulos que se contagiaron de la enfermedad inmortal que infectó a su país. La pobre Juliette acaba accidentalmente herida en un lugar desértico alejado del grupo al que ella pertenece esperando un posible rescate. Durante su espera tendrá que lidiar con uno de estos malvados seres carnívoros que como un depredador ataca a una presa casi moribunda, un Javier Botet que se arrastra y camina lento pero seguro.
Los recuerdos que ella tiene, unos flashbacks muy romanticones, además de ayudarle a no dormir y bajar la guardia nos permiten conocer parte de su historia hasta llegar a este momento en el que se está debatiendo entre la vida y la muerte. Cada escena del pasado tiene su hermana casi gemela en este presente como un reflejo borroso que aconseja seguir luchando por sobrevivir. El encuentro con Jack en la galería de arte por accidente coincide con la caída del vehículo conducido por esa intransitable carretera, su adicción a las drogas es una herida más dolorosa que un hueso roto de la pierna, las continuas peleas que tienen los dos enamorados son menores en intensidad que los combates serios entre ella y esa criatura que no deja de acosarla, una grave tragedia casi olvidada es peor que la decepción que ella sufre cuando conoce la noticia dada por walkie-talkie, el peligro de ruptura con su salvador afecta un poco menos que el ataque de los saqueadores enmascarados y la pérdida de un ser querido puede servir como estímulo para abandonar la lucha o seguir en la batalla.
El uso que Mathieu Turi hace de la luz artificial en Hostile es magnífico con fuentes que van desde las bengalas de color rojo intenso que iluminan la oscura noche, las amarillas luces de los faros del Land Rover o las verdes de unas linternas muy peculiares. De esta manera el director saca de las sombras a su monstruo, un engendro en apariencia más horroroso que el más bello cuadro de Francis Bacon y más feo que el gesto con el que saludaba Jack a su mujer.
¡Es una pena que disfrutemos tan poquito del paisaje de la vieja Nueva York, cubierta de polvo y arena! Tampoco se nos presenta al grupo amigo de Juliette o como se fue deteriorando el mundo por la epidemia. Lo interesante es dar a conocer una intensa relación amor odio del pasado que después de un tiempo no ha muerto, sigue muy presente tanto en una fotografía que congela el tiempo como en el recuerdo de un abrazo conocido y muchas veces añorado.Turi ¡tu has visto Terminator seguro!
La nueva heroína que presenta Hostile no tiene clones como Alice pero pelea tan duro como ella, tiene suerte de que no haya una Corporación Umbrella que la persiga, solo alguien o algo que aunque parece amenazante no sería capaz de tocarle un solo pelo de la cabeza, se conforma con romper cristales a su lado, como un ataque de furia de un drogadicto con el síndrome de abstinencia.