Reírse del cine, hasta del más glamouroso y conocido, es un ejercicio sanísimo. Quizá por eso he querido ver siempre un refugio de cordialidad en la Muestra SyFy donde muchos otros solo encuentran un infierno en vida. La Sala 1 (más conocida como “sala mandanga”) es un lugar sin censura y con flujo abierto de comentarios, memes, gritos, canciones y competiciones por ser el más gracioso del momento, en lo que puede ser desde un acierto rotundo (las menos) hasta un ejercicio de irritabilidad (las más). Por suerte, desde hace años, el festival ofrece otras dos salas para solaz de los que queremos reírnos con las películas malas y disfrutar de las buenas. Si te equivocas, eso sí, mala suerte: según cuentan los que lo han sufrido, el pase de The Lodge ha sido absolutamente inenarrable.
No nos olvidemos de dos máximas que deberían grabarse a fuego todos los asistentes de la muestra (y, en general, todo el que quiera ser el más gracioso de su sala de cine): para criticar una película no basta con gritar y no hay que forzar el meme (“¡Drew!”). Al margen de la actitud del (poco) respetable, la muestra Syfy de 2020 ha tenido un poco de todo, tras un inicio antológico con la estupendísima Onward. Hasta entonces, esto es lo que ha dado de sí la muestra presentada por la siempre injustamente criticada Leticia Dolera, que en esta ocasión ha lamido obras de arte hechas con sangre de regla, ha pateado peluches y homenajeado a La Chica De La Risa. Los mandánguers me entenderán. Los que no, posiblemente estén buscando otro contenido de calidad en la web. Eh, ¿habéis visto ‘Juanki ve pelis’? Luego te cuenta qué tal.
The Pool (Ping Lumpraploeng, 2018) ⭐️½
El argumento de la tailandesa The pool es de contar y no creer: un muchacho se queda encerrado en una piscina sin escaleras de salida junto a su novia embarazada (y medio muerta) y una cocodrila, también embarazada, que quiere darse un festín con la pareja. Además, el perro del muchacho espera arriba de la piscina pacientemente a su amo y aparece un repartidor del Pizza Hut dispuesto a demostrar quién se ha dejado dinero en la película (porque sí, está producida por la empresa en un extraño intento de diversificación).
Hay que reconocer que The pool no se hace lenta en ningún momento, aunque sea a golpe de giro ridículo y de forzar las situaciones imposibles (llega un paracaidista a la piscina… ¡oh, no! ¡Es solo un muñeco!). Se nota un esfuerzo en la realización para llevar a buen puerto un guión conscientemente risible pero no es suficiente para salvar una cinta que, en Austin, ganó el premio a la Película Más Divertida Para Ver Con Público. Al fin un premio que me representa.
Blood Quantum (Jeff Barnaby, 2019) ⭐️
Lo mejor de Blood Quantum es que, en un momento dado, aparece un viejo samurái que, espada en mano, se lía a cargarse zombies en una pequeña isla. Todo lo que ocurre antes y después es un despropósito alargadísimo, comenzando por un prólogo que no lleva a ninguna parte y continuando con unos decorados que pretenden ser Mad Max y se quedan en America 3000. Pretende ser emocionante y repleta de acción, pero realmente es un aburrimiento en el que parece que nadie está poniendo ni un poco de interés. Lamentable.
Synchronic (Justin Benson, Aaron Moorhead, 2019) ⭐️⭐️⭐️
Synchronic podría estar al lado de la definición “películas con un potencial increíble que se quedan en nada”. Y es que su argumento es potentísimo (hay una droga que durante 7 minutos te hace viajar en el tiempo pero puede hacer que te pierdas allí) pero sus personajes se vislumbran tan absolutamente planos, irritantes y odiosos que uno termina deseando tomar una de esas pastillas para volver al pasado y decirle al guionista que se centre en lo de viajar al pasado y deje a un lado lo de crear personajes atrayentes, que le sale regular.
Anthony Mackie (al que conoceréis como El Halcón, y quien diga lo contrario miente) protagoniza una cinta con tan bajo presupuesto que Doctor Who a su lado parece costar trillones. Al final se queda en un entretenimiento escueto con personajes deleznables que no reciben su merecido (¡al contrario! ¡Son premiados! ¿Quién ha guionizado esto?), y que gasta sus minutos en tramas que no van a ningún lado en lugar de hablar de, bueno, las pastillas que te llevan al pasado. Un descontrol imposible al que le sobran minutos de una parte y le faltan de otra. No ayuda que la copia que vimos fuera un remontaje con minutos extra… y sin subtítulos.