En su anterior película, Anticristo, Lars Von Trier ya planteaba una especie de venganza de la naturaleza contra unos seres humanos absurdos y desubicados. Ahora en Melancholia parece abordar similar tema con la historia de dos hermanas y cómo les afecta la llegada del Planeta Melancholia que parece ser se va a estrellar contra nuestra Tierra y destruirla por completo.
Como suele ser habitual en el cineasta danés la película posee un prólogo y capítulos. En este caso uno para cada una de las hermanas Justine y Claire interpretadas por Kirsten Dunst y Charlotte Gainsbourg, respectivamente.
La primera parte se concentra en la boda de la rubia con Michael (Alexander Skarsgård). Siempre he pensado que Von Trier es un tipo con mucho sentido del humor y aquí lo demuestra. Las dudas de Justine acerca de su casamiento y cómo afecta esto a todos los asistentes son puestas en escena con una ironía y mala uva dignas de Wilder o Lubitsch. Los veteranos John Hurt, Charlotte Rampling y Udo Kier se prestan al cachondeo haciendo de la primera hora de Melancholia una de las cosas más divertidas que uno ve hace tiempo.
La segunda parte, centrada sobre todo en Claire, nos muestra la llegada del temido Melancholia y cómo las dos hermanas y el marido de la morena, Kiefer Sutherland, se enfrentan al inevitable fin del mundo. Aquí Lars se pone serio y se deja de tonterías. Ese planeta, ese fin del mundo es en el fondo una metáfora de cualquier problema que nos podemos encontrar en la vida. Lo que interesa aquí es cómo cada uno de los personajes afronta lo que está por venir. Como ocurría en Anticristo la naturaleza es la gran enemiga del ser humano pero no porque sea mala sino porque nos es desconocida y en ese intento por comprenderla podemos perder el juicio, hacernos los tontos o simplemente quedarnos absortos mirándola.
La mirada femenina vuelve a ser la protagonista de todo el relato, ofreciendo maravillosas interpretaciones por parte de Dunst y Gainsbourg. El que siga diciendo que Von Trier es un misógino es que directamente no quiere entender nada. En el cine de Lars nadie sale bien parado, ni hombres ni mujeres y lo que está claro es que a él todo el mundo le cae igual de mal. Eso se llama misantropía.
Melancholia se alzó ayer con el galardón a la Mejor Película en los Premios del Cine Europeo con todo merecimiento y eso que la competencia no era desdeñable.
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