Tres películas más antes de conocer el palmarés final del Festival de Cine Europeo, las tres con la muerte como tema más o menos sugerido.
Les mouvements du bassins forma parte de la sección Nuevas Olas y es la segunda película del reputado actor porno francés HPG.
Hervé está obsesionado con la defensa personal pero no ha sido capaz de aprender los movimientos básicos después de 10 años de clases. Cuando es despedido de su trabajo en el zoo, entra como guarda de seguridad en una fábrica, con un compañero muy poco amigable -el mítico Eric Cantona- con el que no tardará en meterse en líos. Entretanto, Marion intenta quedarse embarazada a toda costa ligando con extraños. Cuando por fin está a punto de alcanzar la felicidad, después de echarse una novia experta en fecundación artificial, se cruza con Hervé.
La doble historia de Hervé y Marion está contada con más entrañas que cabeza, algo que demostró HPG en el posterior encuentro que tuvimos con él donde demostró puro nervio a la vez que gran timidez. Y en esa parte de delicadeza bruta a la hora de mostrar una fea realidad reside el mayor valor de una película tan imperfecta como interesante. El día que HPG dome esa fiera, sea menos autocomplaciente y algo más cerebral puede llegar a hace algo notable.
En el punto opuesto, el de la lírica y la belleza, se sitúa la argentina Jazmín López con Leones.
Cinco amigos vagan por el bosque buscando una cabaña, perdidos entre la masa de árboles y en sus propios juegos psicológicos y de seducción. Pero algo extraño se palpa en este deambular.
Filmada en 19 planos secuencia de enorme complejidad técnica, la ópera prima de Jazmín López nos descubre a una cineasta a la que habrá que seguir la pista. Bella reflexión existencialista con la juventud y el sueño como telón de fondo Leones destaca sobre todo por su exigencia audiovisual de enorme naturalidad. Un soplo de aire fresco entre tanto cine impostado visto en el festival.
Abandonamos el festival, que no nuestras reseñas que aun nos quedan unas cuantas, viendo Amour, la esperada película de Michael Haneke.
Una pareja en su otoño vive plácidamente en un confortable piso. Anne se dedica a dar clases de piano, pero al sufrir una serie de ataques deja de ejercer su profesión y, lo que es peor, una demencia empieza a aflorar. Georges ve desvanecerse ante sus ojos la identidad de la persona a la que amó -y que le amó- hace que se divida entre la estupefacción y la tristeza sin saber cómo asumirlo.
Haneke aborda de lleno los temas de la vejez y la muerte con el amor como catalizador de ambas. Y lo hace con extrema delicadeza y pudor demostrando que aun es capaz de evolucionar y mostrar nuevas facetas en su obra. Una película que merece un análisis más detallado que realizaremos cuando se acerque su estreno el 21 de diciembre, aunque la verdad no sea la película más indicada para unas fiestas tan buenrrolleras como la navidad.
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