Land of mine (Bajo la arena), playa mortal

El fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 dejó dos bandos, el de vencedores y vencidos que aún tenían cuentas pendientes que saldar. Los alemanes habían sembrado la costa occidental de Dinamarca con miles de bombas y minas antipersonas que debían ser desactivadas. Se decidió encomendar este trabajo, al filo de la muerte, a numerosos soldados enemigos, casi niños que habían sido hechos prisioneros anteriormente. En Land of mine (Bajo la arena) del director danés Martin Zandvliet, se cuenta la historia de uno de esos grupos que se encontraba dirigido por el sargento danés Rasmussen, un hombre rígido y autoritario que ordena y manda con mano de hierro pero con buenos sentimientos y mejores valores. Su palabra, sagrada para él, provocará que entre en conflicto con sus compatriotas que no entienden su modus operandi. Este Equipo A de valientes y forzados voluntarios se enfrentará primero a un duro entrenamiento y posteriormente a un trabajo que reducirá el grupo hasta casi el mínimo, con muertes accidentales y otras provocadas. Muchas vidas narradas que son amputadas debido a la intervención del destino y otras que continúan bajo el clima de terror que se vivía en la Europa de posguerra.

Entre muerte y muerte se nos dan a conocer los sueños, esperanzas y deseos de todos estos jóvenes cadetes que inocentemente creen en la salvación y en el escape de ese mini campo de concentración con barracón y literas incluido y escasez auténtica de comida. Son los únicos momentos de calma entre tanta agitación porque Land of mine (Bajo la arena) es y se convierte en un intenso drama bélico y en una continua sensación de tensión que no mengua y se mantiene constante a veces incomodando al espectador que no sabe ni cuando ni donde saltará la liebre por los aires, volada en mil pedazos. Por una vez y no creo que sea precedente de muchas más los soldados nazis alemanes no son vistos como monstruos sin sentimientos ni animales que son y serán odiados por siempre sino todo lo contrario, son hombres vencidos que deben aguantar estoicamente el castigo que se les ha impuesto y la pena mortal para muchos de ellos. Víctimas y no verdugos recibirán todo tipo de escarnios y torturas tanto verbales como físicas antes de encontrar una paz en el cielo o en la tierra.

Land of mine (Bajo la arena) explora además y demuestra con pruebas que incluso entre enemigos acérrimos existe el honor y la humanidad triunfa cuando el peligro acecha. No se habla de amistad pero lo parece, no se habla de camaradería pero se insinúa. Bajo condiciones realmente deplorables pueden nacer o establecerse relaciones anteriormente nunca vistas que se consolidan sentadas con vistas frente al mar o en actividades deportivas al aire libre y con olor a explosivo.

Alrededor de ellos pasean civiles solos o cogidos de la mano y mueven la cola los mejores amigos del hombre ajenos a un peligro que escondido y oculto amenaza esa paz grupal que tanto ha costado conseguir. Esa playa no es un idílico paisaje vacacional, es una tumba fija a la que tocan con mimo y con cuidado de no enfadar ya sea con sus propias manos, con objetos de lo más variado o con rudimentarios inventos que con ingenio alguno de ellos ha diseñado con intención de minimizar el riesgo de enfurecer a la bestia dormida, en forma de minas, redondas Tellermine, S u colocadas en cajas de madera. Aquí no hay modernos y complejos detectores sino pequeños mapas que orientan a estos pequeños buscadores de anti tesoros que individualmente o en grupo, de pie, de rodillas o arrastrándose se juegan la vida cada día desde el amanecer al ocaso.

Es lógico que Land of mine (Bajo la arena) fuera nominada a los Oscar y también es lógico que se quedara a las puertas del éxito pues las otras candidatas al premio eran rivales de cuidado, no obstante eso no quita que merezca un reconocimiento que por supuesto yo le voy a dar porque de verdad entretiene y sobrecoge en muchas ocasiones al corazón. Aquí no hay ni tiburones ni musiquitas que los anuncien, aquí nada indica el momento exacto del susto y eso también es de Oscar. Para mí tiene uno y bien grande.