Pues se acabó. Después de ocho días de cine, emociones, sorpresas y alguna que otra cabezada (para qué lo vamos a negar), la 65 edición del Zinemaldi ha tocado a su fin, con un balance eminentemente positivo. La sección oficial ha ofrecido, por fin, un bonito muestrario del cine mundial, las Perlas han sido selectas (ganando el premio del público la mejor, Tres anuncios a las afueras de Ebbing, Missouri) y Zabaltegi ha seguido mostrando el cine más oculto y raro. Pero aún quedaban emociones para todos en el último día, antes de las Conchas. Repasemos, comenzando por La gran enfermedad del amor, lo que ha dado este último día de Zinemaldi mientras nos despedimos de la ciudad… Por este año.
LA GRAN ENFERMEDAD DEL AMOR (Perlas) *** ½
Es la comedia indie del año en EEUU y pocos rechinan los dientes por ello. La gran enfermedad del amor (The big sick) cuenta la historia real de Kumail (Kumail Nanjiani, conocido por la divertidísima Silicon Valley) y Emily: una historia de amor que empieza encantadora y llena de comedia, pero hace todo lo posible por enseñarnos que la vida no es tan sencilla y divertida como una comedia romántica. Y funciona, tanto dramática como cómicamente.
Ayuda mucho que a Kumail, que en el filme persigue su sueño de ser monologuista, le acompañen actores y monologuistas de la talla de Bo Burnham o Aidy Bryant, y que la historia tenga un aire de realidad que muy pocas comedias románticas han conseguido dar. Esto es debido a que la co-guionista del filme, Emily V. Gordon, es la base del personaje de Emily en el filme y su relación con Kumail fuera el germen de la historia.
Guión, guión y guión: esta es la clave de La gran enfermedad del amor y lo que hará que resulte inolvidable para cualquier espectador. Es tierna, es graciosa, es bonita, es única y tanto Kumail como Emily desprenden química y realidad. Sin duda alguna, una de estas pequeñas joyas que salen una vez cada dos o tres años, una aparente distracción con mucho que ofrecer.
THE CAPTAIN (Sección oficial) *** ½
Cuando quedan 15 días para el final de la guerra, un soldado raso encuentra un traje de capitán del ejército nazi y se lo pone. Pronto, casi sin pretenderlo, acaba sediento de poder, asesinando por placer y montando un tribunal que castiga duramente a los que van contra el Reich. Esta historia real es el germen de The Captain (Der Hauptmann), rodada en un vistoso blanco y negro tan radical como las acciones de su protagonista.
The Captain no se anda con chiquitas: no hay moral ni arrepentimiento en las acciones de su protagonista, convencido de hacer lo mejor para él mismo. Puede molestar a aquellos que busquen una fábula en la que el bien y el mal existen, pero en los últimos 15 días de la II Guerra Mundial, ¿qué es el bien y qué el mal exactamente? El filme se posiciona claramente y no intenta que en ningún momento disfrutemos con las acciones que vemos: los planos con los que se presenta al protagonista, al principio patoso y cada vez más frío e insaciable, pueden incluso resultar molestos de ver.
Es necesario: al final, esta es una película de nazis tratando de devolver el éxito al III Reich, de hombres que lucharon hasta el fin y de personas que intentan, simplemente, sobrevivir en un entorno hostil como pueden. Clásica en su concepción, pero moderna en su desarrollo, The Captain es fresca y aterradora, sin dejar de entretener en ningún momento. Digna de ver.
THE LION SLEEPS TONIGHT (Sección Oficial) *** ½
Al cine le encanta hablar de sí mismo, desde tiempos muy primitivos (recordemos el The Cameraman de Buster Keaton), pero pocas veces de una forma tan metafórica y llena de poesía como en The lion sleeps tonight (Le lion est mort ce soir), una película que explora la forma más pura de hacer cine, de la mano de unos niños amateurs y una vieja gloria, mientras reflexiona sobre la vida y la muerte y la necesidad de dejar marchar nuestro pasado.
Su director y guionista, Nobuhiro Suwa, entiende bien lo que ha hecho: mediante los niños que hacen cine reivindica la pasión por el séptimo arte, las ganas que hay que tener para rodar, y que Jean, el viejo actor, termina por alabar antes de volver a su obra de adultos en la que debe enfrentarse a una pregunta crucial: ¿Cómo morir? La pregunta afecta solo a su personaje, claro, pero termina siendo el eje central de la película cuando empieza a ver a un antiguo amor que dejó atrás hace años y que pasó a mejor vida.
Mientras Jean ve un fantasma, los niños hacen una película sobre fantasmas, mostrando así la dicotomía entre ficción y realidad. Suwa, en ocasiones, peca de ser demasiado poético y de introducir demasiadas metáforas en un corto espacio temporal, pero se le perdona fácilmente. Aunque de difícil digestión, The lion sleeps tonight es una de las obras más fascinantes que se han podido ver en este Zinemaldi.
CONTINUARÁ…
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