La vida de Xavier Cugat, es algo que a la mayoría de los mortales, o los nacidos a finales de los 80, se nos escapa sobre manera. Pero tranquilos, porque gracias al documental Sexo, maracas y chihuahuas, recuperaremos el tiempo perdido y nos convertiremos en unos auténticos #cugaters.
Habría que saber si fue antes el Cugat personaje o persona, cosa que tal vez no existe y ambas sean lo mismo; a través de los escasos ochenta minutos asistimos a la vida y obra de este músico – principalmente, que también fue actor, productor, director, cazador de talentos, etc– que vivió del marketing autocreado a su alrededor hasta el final de sus días.
Hay que destacar la enorme labor de investigación que se puede ver recogida en Sexo, maracas y chihuahuas, ya que a través de vídeos de archivo –y pocas entrevistas a cámara– logra tejer un entramado claro, conciso y muy divertido, de la vida de este Hugh Hefner (pre Hugh Hefner) de Girona.
El tema es tratado de forma naif y casi ingenua, no porque no tenga el juego suficiente, pasando de puntillas por los poquísimos escándalos que se nos muestran, tal vez por falta de ellos o por no hacer saña del lado más íntimo de un personaje.
Sea como fuere, estamos ante un documental de calidad, que puede verse pero más debe de escucharse, trayendo a la actualidad la figura de Cugat. Estamos seguros que dentro de poco tiempo, podrá verse en la televisión pública a horas indecentes y con una difusión lamentable.