Festival de Sitges 2019: «Bacurau», western en el Brasil profundo

En lo que llevamos de festival está costando mucho encontrar películas destacables dentro de la Sección Oficial a Competición. Está siendo un año con pocas sorpresas y con muchas obras que aunque apuntan varias cosas interesantes nunca acaban de cuajar. Sin embargo Bacurau, el film brasileño ganador del premio del jurado ex-aequo en el pasado festival de Cannes, no solo ha cumplido las expectativas sino que se ha consolidado como la mejor película a concurso a la espera de que le salga alguna competidora. 

Bacurau

Bacurau es una película única. En ella podemos encontrar muchas referencias y estilos cinematográficos pero cuesta encontrar muchas obras que realmente se le asemejen. Bacurau arranca como un drama rural, una película folklórica en la que nos adentramos en una comunidad para conocer sus diferentes estratos sociales divididos básicamente por los oficios que ocupan sus miembros. El pueblo de Bacurau se ve amenazado por vándalos locales y por un problema de falta de acceso al agua, cuyo actual presidente en campaña promete con palabras vacías solucionar. El film se detiene buena parte de la película en mostrarnos este pueblo y en que nos resulte familiar para luego llegar al conflicto principal del film. Una banda de individuos armados estadounidenses comandada por Udo Kier irrumpe en la localidad con el único objetivo de asesinar y destruir el pueblo. ¿Los motivos? Única y llanamente reprimir sus instintos de violencia y sadismo a través de una masacre de la que pueden salir impolutos. La obra escala del drama folklórico al western de una forma rápida pero natural. Obviamente el pueblo de Bacurau no se quedará con los brazos cruzados y hará todo lo posible para anular la amenaza. 

Más allá de ser un film coral que gestiona muy bien los puntos de vistas a través de un guion y una sucesión de escenarios impoluta, Bacurau no deja de tener interna una gran crítica hacia el sistema político brasileño donde el presidente fascista del pueblo bien podría ser Bolsonaro. La obra, sin incidir en la miseria del pueblo, muestra de una forma realista el escenario de un pueblo ignorado y maltratado. Además Bacurau también puede leerse como una crítica al imperialismo estadounidense y a los individuos que se creen por encima del bien y del mal para ejercer su violencia. Que bien sientan aquellas obras que no solo están filmadas y narradas impecablemente sino que también te ayudan a hacer una relectura del mundo. 

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