Festival de Sevilla 2018: «Joy» de Sudabeh Mortezai

Joy, la nueva película de la realizadora alemana de ascendencia iraní Sudabeh Mortezai, comienza de una manera cruda e hiperrealista: la ceremonia Juju que se aplica a las víctimas de explotación sexual en Nigeria para tenerlas ‘amarradas’ con la excusa de la superstición religiosa. Una escena, hay que advertir, con sacrificio animal incluido. No dejo de pensar que, por muy necesaria que fuese esta escena, incluir la muerte (real) de una gallina no deja de ser un golpe de efecto inútil y que predispone a la cinta al más pueril sensacionalismo.

Joy

Afortunadamente, todavía restaban noventa minutos que venían a decirnos que estábamos equivocados. Mortezai incide en la trágica situación de las mujeres que son tratadas como meros pedazos de carne al servicio del hombre blanco heterosexual pero evita la demagogia más barata así como los pasajes más truculentos de violencia sexual, excepto por una escena en la que, curiosamente, esa violencia a la que hacemos referencia la aplican quienes podrían ser sus propios vecinos. En otro momento, se evita la explicitud mediante elipsis de una violación grupal, esta vez si, provocada por el hombre blanco. Por decisiones como esta, la directora sitúa a Joy en una posición incómoda al evitar maniqueísmos baratos. Parece decirnos que ni las víctimas, en un momento dado, están libres de convertirse, ellas mismas, en verdugos.

Pocas veces se puede asegurar con tanta vehemencia que Joy es una película necesaria. Una obra que hace especial hincapié en el eterno retorno a la violencia de estas personas que lo han perdido todo y que esperan encontrar en Europa el cielo que en África no han encontrado y acaban dándose de bruces con un organigrama cruel, auspiciado, precisamente, por sus propios compatriotas. Una mirada autocrítica, una película valiente, protagonizada por actrices no profesionales y dirigida con pulso por una mujer, algo, en este caso, casi imprescindible para intentar comprender, en una más amplia dimensión, la problemática de la esclavitud sexual en pleno siglo XXI.

1 comment

Deja un comentario

You May Also Like

Los Miserables, la desgraciada mano del director de la función

Normalmente, el espectador medio no sabe quienes son los directores de las películas y como mucho solo atienden a las marquetinianas frases de “del director de…” o “los creadores de…”.…
Ver entrada

Play-Doc 2019: «Carelia, internacional con monumento» e «Introduzione all’oscuro»

En un mundo que parece interesado por crear producciones homogéneas, la personalidad es una cualidad que siempre es bienvenida. Play-Doc 2019 albergó en su sección a competición a dos autores…
Ver entrada

Sitges 2015: Anomalisa, anomalía de la animación

Anomalisa es probablemente una de las mejores películas de animación de los últimos años en la que Charlie Kaufman ejerce de arquitecto de la película, no solo como guionista sino…
Ver entrada