Un pequeño plan… cómo salvar el planeta (PERLAK) ⭐️½
Un pequeño plan… cómo salvar el planeta es ese amigo tuyo que está muy preocupado por el medio ambiente y tiene muy (pero que muy) buenas intenciones pero a mitad de camino se olvida de lo que te está contando y de repente te habla de un lío que tuvo la otra noche, del confinamiento, de sus colegas y de política, y cuando se marcha de casa, aunque sabes que solo ha estado una hora, te sientes como si un camión te acabase de atropellar.
Un pequeño plan… cómo salvar el planeta no se centra: sabe lo que quiere contar (la historia de unos niños que se juntan con un plan a escala global para salvar el planeta) pero después de un divertido primer cuarto de hora empieza a lanzar cosas al espectador para ver si algo se pega: la historia de amor y desamor del niño protagonista, las riñas de sus padres, una cena con otra familia más irresponsable, unos planos rodados aprovechando que estábamos todos encerrados en casa… Un caos.
Y al final, ¿logra su propósito? Bueno, si la idea era frustrar y confundir a los espectadores, sin duda, lo ha conseguido. Si lo que pretendía era concienciar contra el cambio climático, no habría sido mala idea quedarse en los únicos quince minutos de película donde realmente parece preocuparse al respecto. Un tiro muy fallido en una película blanda como el pan barato del supermercado e idealista como todos lo somos a los doce años: con muy buenas ideas y muy pocos planes reales.
Lost in Summer (Nuevos Directores) ⭐️⭐️
Se notan brillos de genialidad en Lost in Summer, especialmente durante sus primeros compases: un adolescente en la China que los medios no enseñan, sin esperanza en la vida ni dinero para sobrellevarla. Tristemente, su director y guionista, Liang Sun, parece que a media película se aburre del retrato tan potente como significativo que está construyendo y empieza a meter tramas para ver si alguna es capaz de llevar la película a buen término.
Hay abuelas moribundas, crímenes inesperados, amores y desamores en pistas de patinaje, gatos gordos, padres enfermos… y entre toda esta maraña de líneas argumentales en las que se niega a ahondar, se esconde la verdad sobre la propia película: la fuerza de la misma nunca radicó en los giros y en lo que le ocurre a su protagonista… sino en la personalidad del mismo.
Al final, Lost in Summer tiene hallazgos sorprendentes en el alma de los personajes y en la fabulosa labor de iluminación, dirección y fotografía, pero termina aguándose por culpa de un guión que nunca sabe exactamente qué es lo que quiere (y debe) ser. Una oportunidad perdida de acercarnos a la China más desconocida sin necesidad de artificios que muevan el guion de manera innecesaria.
Bigger Than Us (Proyecciones Premio Donostia) ⭐️⭐️⭐️
Melati es una chica de 18 años que a los 12 comenzó un movimiento social contra el plástico que acabó con la prohibición de las bolsas de este material en su país. Este es el inicio de un viaje para conocer distintas personas jóvenes que están intentando cambiar el mundo. Y la idea es muy buena y esperanzadora, pero el documental se convierte en una hora y media de La Gente de Bart mezclado con un ego-trip que a veces solventa bien y otras hace que nos planteemos si Melati es realmente la persona que debería narrar este documental o es que llamaron a Greta Thunberg y les dijo que estaba muy ocupada.
En este viaje a favor del planeta viajaremos por seis países y conoceremos a brasileños que sacaron su periódico en las favelas a los once años, mujeres africanas que han impedido la violación sistemática de miles de niñas en los llamados “campamentos de iniciación”, raperos aborígenes indios contra el petróleo o jóvenes griegas que hacen lo posible y lo imposible por rescatar a los inmigrantes ilegales del mar. Las historias son buenas y emocionantes (aunque quizá alargadas de más), y están contadas con ritmo narrativo mezclando datos con anécdotas personales… hasta que Melati decide que ella va a ser la protagonista del asunto.
Bigger than Us funciona no por, sino a pesar de Maleti: las historias que se cuentan son humanas, inmediatas y necesarias, pero al final no hay grandes conclusiones. Se trata de un documental testimonial: te cuento lo que hay y te digo frases motivacionales baratas («El cambio empieza por ti», «Hoy es el día que puede cambiarlo todo», etc) para intentar hacer reaccionar al público. Lo consigue en parte: acierta el tiro al culpar a las multinacionales de los problemas medioambientales, pero falla miserablemente al culpar de manera muy agresiva al espectador de no hacer nada.
Con un puntito menos de generalidades narrativas, más originalidad en su concepto y eliminando los momentos de estrella activista de Maleti estaríamos hablando de algo notable. Tristemente, no podemos hablar de lo que no existe, y este documental no va a cambiar el mundo... por mucho que se empeñe Marion Cotillard.
Bad Luck Banging or Loony Porn (Zabaltegui) ¿?
No sé si Bad Luck Banging or Loony Porn me ha gustado. De verdad que no. Me ha desconcertado y fascinado, pero no creo que pueda reducirlo a algo tan básico como unas estrellitas o un «Me gusta». Es a la vez parodia de cinco tipos de cine diferentes, juego con el espectador, pornografía, película de juicios y hasta libro de Elige tu propia aventura.
Y todo ello sin desechar el debate, el intimismo, lo experimental y la comedia. Una película que empieza con siete minutos de porno amateur muy explícito sabes que no va a contenerse a partir de ahí. Esto no es una experiencia: es un viaje a la locura premiado en Berlín. Si quieres subir, te espera un viaje desquiciado. No puedo recomendarlo, pero créeme: quieres hacer este viaje.
Paco Casado
Marta G. Balaguer
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