El cine fantástico y de terror no ha tenido presencia en el Festival de Málaga más allá de Purgatorio, ópera prima de Pau Teixidor y protagonizada por Oona Chaplin, reconocida por su papel de Talisa en Juego de Tronos. La propuesta de Teixidor es un drama de terror sobre una mujer que comienza a escuchar ruidos en su casa a la vez que tiene que cuidar del hijo de su vecina.
Ni el planteamiento ni la ejecución son lo más original del mundo pero Teixidor consigue mantener un tono y atención lo suficientemente tenso para que Purgatorio consiga lo que pretende. La espléndida actuación de Oona Chaplin propicia que sintamos miedo y angustia con este relato heredero de Historias para no dormir. Su juego entre realidad e imaginación es lo más estimable a pesar de un final algo alargado, algo que también juega en su contra ya que la película no dura más de 80 minutos. De todos modos, en su descargo, hay que decir que si fuese japonesa la saludaríamos como lo más de lo más. Pero ese es el problema, llega unos años tarde y esto ya lo vimos hace tiempo.
Purgatorio no pasa de ser un ejercicio de estilo bien realizado que una película que realmente marque. Su potencial, que era mucho, acaba siendo insuficiente y, por ello, sólo podemos hablar de una angustiosa y esforzada cinta que difícilmente tendrá cabida en el palmarés final. Aunque nunca se sabe, lo mismo Oona Chaplin da la campanada.
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