El segundo retrato femenino que pudimos ver en la jornada del martes en el Festival de Málaga. Cine en Español vino de parte de la cinta colombiana La mujer del animal. Un relato situado en el año 1975 y que narra la desgraciada historia de Amparo al ser secuestrada por Libardo, apodado «El animal» por su carácter violento.
Durante 120 minutos seremos testigos de vejaciones, violaciones, palizas y demás actos deleznables que podáis imaginar. Todo ello sin sentido, porque no tiene sentido para el propio personaje protagonista, el animal del título. En esa falta de justificación que no sea más que el propio egoísmo incide La mujer del animal, de forma harto angustiosa por momentos. La violencia es un sinsentido, se nos viene a decir, y más aun si el único propósito es el sometimiento y la anulación del otro
Su duo protagonista aporta veracidad y fuerza al conjunto: Natalia Polo representa una fragilidad que poco a poco, con el paso del tiempo, va adquiriendo fuerza aunque no pueda escapar; Tito Alexander Gómez, todo presencia produce asco y repulsión y cuesta creer que exista un ser humano así (todo está basado en hechos reales). El uso de actores no profesionales se torna clave a la hora de sentir esta historia de chavales en el Medellín de mediados de los 70.
Víctor Gaviria opta por resolver los varios años que suceden en la película mediante bruscas elipsis que no hacen sino potenciar el sentimiento desvalido que se tiene en todo momento. Estas elipsis además nos hacen compartir la desorientación del personaje protagonista y, en cierto modo, ese estado de no-tiempo que sufre ella en todo momento. Quizás las dos horas de La mujer del animal se hagan demasiado largas debido a una falta de dramaturgia clara y ciertas reiteraciones. Así nos encontramos ante una película difícil de ver pero que no alcanza un nivel notable a pesar de su fuerza y pasión.