La decadencia como idea pareció unir los dos largometrajes documentales de la Sección Oficial del Festival de Málaga 2020 en su sexta jornada. Dios pone de manifiesto la crisis de la Iglesia Católica en Chile, amenazada por el auge de otras creencias, en las semanas previas y durante el viaje del Papa Francisco en 2018, mientras que El campeón del mundo recoge la dura existencia de una culturista uruguayo años después de haber sido una figura internacional.
Dios (Josefina Buschmann, Christopher Muirray e Israel Pimentel, 2019)
Los directores Josefina Buschmann, Christopher Muirray e Israel Pimentel logran en Dios realizar una retrato del estado de la religión católica y otros credos en Chile. Los preparativos y visita del Papa Francisco al país sudamericano sirven como excusa para mostrar cómo la iglesia de Roma va perdiendo fuerza, así como muchos de sus dogmas.
Evangélicos, defensores del aborto, colectivos de cristianos de base, el movimiento LGTBI u organizaciones en defensa de las tradiciones de los indios mapuches coexisten o se oponen a un catolicismo y sus principios. Mientras, aquellos seguidores más ortodoxos parecen demasiado ensimismados y solamente se preocupan de organizar ridículas ceremonias de bienvenida para el pontífice. No hay una voz en Dios que nos adoctrine sobre aquello que vemos. Muy al contrario, el trío de cineastaa utiliza el montaje para enseñarnos cómo la religión que se podía considerar oficial está perdiendo fuerza en la sociedad civil. Sin duda, un particular documental político que huye de la propaganda de autores estrella como el norteamericano Michael Moore, escogiendo una solución más inteligente que deja que el espectador saque sus propias conclusiones.
El campeón del mundo (Federico Borgia y Guillermo Madeiro, 2019)
Más íntimo resultó El campeón del mundo, filme dirigido por Federico Borgia y Guillermo Madeiro que ha ganado el primer festival de cine online organizado por la BBC. La pareja de realizadores sigue los pasos de Antonio Osta, un culturista que fue considerado el mejor en su disciplina hace más de una década. El documental lo muestra cuando ya ha pasado a etapa más gloriosa y vive de manera humilde en un pequeño pueblo de Uruguay, donde regenta un humilde gimnasio y se ocupa de su hijo adolescente, un muchacho con el que mantiene más de una discusión
Los autores del filme dibujan a un hombre machista y chapado a la antigua que tiene que ver cómo su declive resulta incluso más rápido de lo que hubiera esperado y quiere que su hijo tenga al menos una formación que le permita labrarse un futuro. Hay un extraño halo trágico que parece envolver todo el metraje y que acaba confirmándose con su final. La película logra que nos identificamos con este hombre musculoso que mantiene el amor por su familia y su particular disciplina deportiva a pesar de presentir que puede que no le quede demasiado tiempo en el mundo.