Para su segunda incursión tras las cámaras muchos esperaban y pidieron que Jacques Tati recuperase al cartero François de su exitosa Día de fiesta. En cambio, Tati había ideado otro personaje que sería más grande aun, el señor Hulot, que le acompañaría el resto de su filmografía.
En su primera aparición cinematográfica vemos como el señor Hulot acude a un complejo veraniego de la Bretaña francesa poniendo patas arriba la aparente tranquilidad de los veraneantes. En realidad es al contrario, las monótonas vidas playeras de los niños y mayores se llenará de vida cuando el señor Hulot cual vendaval ponga patas arriba todo el hotel y sus alrededores.
Siguiendo un esquema similar al de Día de fiesta, Las vacaciones del señor Hulot usa al personaje principal como guía de una sociedad que ve su mundo descolocado ante la inocente anarquía del espigado señor Hulot. Los gags visuales se suceden mientras que Tati no quita ojo a los usos y costumbres a los que absurdamente hay que adaptarse. Aun así, el ojo de Tati es más el de un antropólogo que observa con fascinación cuan frágil es el equilibrio social que hemos construido, que el de un apocalíptico pesimista que lamenta la deriva tomada.
En Las vacaciones del señor Hulot continúa Tati desarrollando su discurso sobre el ayer y el hoy con todas sus ramificaciones que van desde lo tecnológico a lo social. Además, con diferentes juegos con las ventanas de la fachada del hotel, Tati apunta otra de sus obsesiones, la arquitectura, que tanto dará de sí en su obra posterior.
A pesar de que Día de fiesta fue un éxito, Tati no tuvo nada fácil financiar su nueva película que sufrió un largo proceso de rodaje que incluso se vio interrumpido una vez iniciado. Pero era tal la confianza del director francés que tras mostrar un primer montaje vio como su película se convertía en un nuevo éxito tanto comercial como crítico. Además, como buen perfeccionista, Tati nunca dejó de rehacer su películas, llegando a incluir casi 20 años después de su estreno una escena que bebía del éxito de Tiburón de un joven Steven Spielberg.
Reseña publicada originalmente el 20 de agosto de 2015
2 comments
Puto genio. Bonito que se le recuerde.