La tecnología nos devora, es un monstruo insaciable que no para de crecer. El futuro ya está aquí pero no es tan bonito como nos lo pintan ni como lo ha soñado el visionario Tom Hanks, un Mark Zuckerberg con unos añitos más. Emma Watson lo sabe porque lo está viviendo en primera persona desde que entró a formar parte como encuestadora de la plantilla de El Círculo, una moderna empresa de informática o una familia de gran hermanos que pretenden estar enterados de todo lo que ocurre en el mundo en tiempo real. Para ello se vale de todo tipo de cámaras y dispositivos o aplicaciones que a veces vulneran el principio de privacidad de la persona.
La vieja fórmula de chica nueva en la oficina que descubre secretos inconfesables de su trabajo y jefes está de vuelta en esta película que adapta el original libro de Dave Eggers del 2013. La chamusquina la huele un viejo socio y fundador de la empresa y esta joven que como mosquita muerta defenderá a su familia y amigos y los librará del mal representado en la figura de los mandamases y sus ideas innovadoras en relación con la comunicación, el seguimiento y el control. Hoy en día la invasión de las máquinas es un hecho, no podemos prescindir de ellas y dependemos en demasía de lo que cada día nos ofrecen, como unas atractivas redes sociales o futuristas realidades alternativas y virtuales. La deshumanización es un peligro del que difícilmente se puede escapar. Los seres humanos estamos perdiendo el contacto físico y potenciando el lenguaje no verbal sustituyendo emociones y sensaciones reales por copias baratas.
Vivimos en un mundo global en el que estamos condenados a compartirlo todo y a recibir críticas y comentarios de desconocidos que creen conocernos pero que no tienen ni idea de como somos en realidad. El Círculo, de James Ponsoldt, avisa del peligro y nos da un toque de atención para que estemos alerta, para que no caigamos en la trampa y sigamos viviendo en este Matrix programado. Necesitamos nuestro espacio, nuestra privacidad y la individualidad que nos hace únicos y diferentes a los demás. Edward Snowden destapó algo de esto, en la vida real y fue llevado al cine. El control y espionaje del ser humano es algo muy gordo e importante y no es ciencia- ficción, está pasando en realidad con nuestro involuntario permiso. Algunos inventos que salen a la luz, como drones voladores, cámaras diminutas que pueden camuflarse, gps o navegadores en móviles de última generación nos hacen la vida más fácil pero también están siendo utilizados con aviesas intenciones.
Uno, cuando acaba de ver El Círculo, tiene la impresión de que está siendo manipulado, de que lo mejor que se puede hacer es desconectar de internet y desintoxicarse de la borrachera de información que te llega de todas partes y que muchas veces no aporta nada, te hace evadirte de la realidad más cercana, la que te rodea en esos mismos momentos, te aleja de aquellos que más te quieren y que cada vez pueden disfrutar menos tiempo de tu compañía.
La verdad transformada en mentira, la manipulación de un todo por unos cuantos elegidos, el ánimo de lucro a costa de los demás, son pecados que la empresa El Círculo maneja a su antojo y que merecen ser conocidos por aquellos que solo son cifras y letras para algunos. Con mucho cuidado, los contactos infiltrados adecuados y algo de suerte Mae Holland conseguirá que por fin caigan todas las vendas y podamos ver la luz que antes solo nos cegaba con su brillo embriagador. Todos podrán dormir tranquilos y a pierna suelta sabiendo que nadie los vigila o que si lo hacen sin su permiso pueden estos actos tener consecuencias legales. Fuera suspense, ya saben lo que hay.
Cada vez que miremos nuestro móvil, cada vez que abramos nuestro portátil, cada vez que saquemos dinero de un cajero automático estaremos pensando si alguien nos espía. Este tipo de películas ayudan a despertar la conciencia ofreciéndonos las dos píldoras, la roja y la azul. Eggers no tiene tatuado un conejo blanco al que seguir pero nos ofrece la misma ayuda. Llamadme anticuado si queréis pero de verdad prefiero serios seres humanos que series interminables de Siris. No será la última vez que incidan en el tema y yo que me alegro. No se puede retrasar lo inevitable pero si se puede conocer y estar preparado para ello. Una última cosa más, los fans de Tom Hanks que no esperen muchas intervenciones del mismo porque en total no sale más de diez o quince minutos, ha pasado de ser un protagonista de lujo a ser un secundario que vive lujosamente.