“Hacer cine con cine”, parece una idea muy bonita pero muy pocas películas han llegado a conseguir cumplirla de forma airosa. Son varios los intentos de cineastas que han intentado crear película a través de metrajes de otros films. Pero normalmente suelen ser proyectos de una naturaleza más ensayística, experimental o incluso sensorial/hipnótica, como es el caso de las películas de Film Ist de Gustav Deutsch. Es difícil encontrar casos en los que la película de por sí desarrolle una historia o algunos mecanismos propios de la narración cinematográfica convencional. Sin embargo, el cineasta Guy Maddin junto a Evan Johnson y Galen Johnson desarrolla, a través de un meticuloso trabajo de selección y montaje en The Green Fog, una obra que consigue tener la tensión y el tratamiento secuencial propios de cualquier película de cartelera.
A priori podríamos pensar que The Green Fog hace trampas ya que “copia” o mejor dicho reinterpreta una de las obras maestras de Hitchcock, Vértigo. Pero lo que podría parecer tramposo al principio acaba descubriéndose como un gesto sumamente inteligente de sus creadores. The Green Fog establece un juego metalingüístico constante con el espectador deliberadamente descarado. No solo a través de la premisa de la propia película hecha con otras películas sino llevándolo al límite a través de la introducción de múltiples pantallas y capas en la narración. El film, es un ejercicio brillante sobre la visibilización y la invisibilización de la sutura en el montaje. Aprovechando que el público tiene en su memoria todo el imaginario y el desarrollo de los acontecimientos de Vértigo se permite todo tipo de licencias. De esta forma puede recrear casi con la precisión de un cirujano la escena inicial de la persecución policial juntando varios fragmentos de otras películas; o permitirse plasmar los sentimientos del protagonista a través de una secuencia de varios minutos de primeros planos de Chuck Norris. Puede darse el gusto de unir escenas de naturaleza diversa sin que prácticamente se note el corte entre estas o desarrollar todas las escenas dialogadas suprimiendo las partes en las que precisamente se dialoga. De esta forma alcanza un tono irónico y humorístico en el que puedes sentir al mismo tiempo que pone en ridículo el cine como lo ensalza. Todo ellos sin perder un hilo argumental construido en parte en nuestra cabeza gracias a Vértigo.
El resultado final de The Green Fog es una experiencia cinematográfica única que deja en evidencia el carácter matérico, transmutable y manipulable del cine. Pudiéndolo utilizar a nuestro antojo para crear cualquier tipo de sensación, para recrearnos sobre la propia recreación y para demostrar que aunque sea un medio muchas veces rígido siempre podremos interpretarlo libremente.